galeano con gomez aranda El subcomandante “Galeano” (antes “Marcos”) planteó que ante el “colapso”, no es la política “de arriba” una de las vías de salvación, sino el arte y la ciencia que tienen la posibilidad de reconstruir sobre la catástrofe, de rehacer y reorientar “la desesperación para dejar de esperar y empezar a actuar.

En una carta al escritor mexicano Juan Villoro Ruiz, “Galeano” advirtió que la política, la economía y la religión dividen, parcelan, parten.

En cambio, aseguro “las ciencias y las artes” unen, hermanan, convierten las fronteras en ridículos puntos cartográficos, aunque ni unas ni otras “están exentas de la feroz división de clases y deben elegir: “o contribuyen al mantenimiento y reproducción de la máquina, o contribuyen a mostrar su necesaria supresión”, argumentó.

El jefe rebelde ponderó que son “las artes”, y no la políticas, las que cavan en lo más profundo del ser humano y rescatan su esencia.

A diferencia de la política, el arte entonces no trata de reajustar o arreglar “la máquina”, realiza algo más subversivo e inquietante: Muestra la posibilidad de otro mundo, sostuvo.

“Las ciencias”, asimismo, dijo, tienen la posibilidad de reconstruir sobre la catástrofe que ya “opera en todo el territorio mundial”.

“Galeano” se refirió a rehacer, “hacer de nuevo”

Los conocimientos científicos pueden entonces reorientar la desesperación y darle su sentido real; es decir, ‘dejar de esperar’. Y quien deja de esperar, podría empezar a actuar”, aseveró.

Al referirse a las estructuras actuales de poder “Galeano” antepone la certeza y la eficacia del arte y la ciencia.

“Como si en lugar de re-etiquetar la máquina, embelleciéndola o afinándola, el arte y la ciencia plantaran, sobre la cromada superficie del sistema, un letrero lacónico y definitorio: ‘CADUCO’, ‘Tiempo Transcurrido’, ‘para continuar viviendo deposite otro mundo’”.

Le expone a Villoro Ruíz la paradoja del ejercicio de la política y los beneficios que conllevan la aplicación científica y artística.

“Que todo lo que se gasta en política (por ejemplo, en elecciones por votación y elecciones por guerra, tan antidemocráticas unas como las otras… se dedicara a las ciencias y las artes”

“Que en lugar de campañas electorales y militares hubiera laboratorios, centros de investigación y divulgación científica, conciertos, exposiciones, festivales, librerías, bibliotecas, teatros, cines, y campos y calles donde reinaran las ciencias y las artes, y no las máquinas”, arguye.

Aunque le precisa que los zapatistas están convencidos de que esto es posible sólo fuera de “la máquina”.

“Y que hay que destruirla. No reajustarla, no maquillarla, no hacerla ‘más humana’. No, destruirla. Si algo de sus restos sirve, que sea como muestra de que no hay que repetir la pesadilla. Como si sólo fuera un referente al que se mira por el ‘Espejo Retrovisor’ mientras se deja atrás el camino”, precisó.

En su misiva al intelectual, el jefe en rebeldía, expone que los zapatistas no creen el mundo se “vaya a acabar”, pero sí “colapsar”, cuya “implosión” traerá” multitud de desgracias humanas y naturales.

“Todos los de allá arriba aceptan que la máquina está fallando y ensayan una y mil soluciones, siempre dentro de la lógica de la máquina”, puntualizó.