* De acuerdo al más reciente estudio de calidad, algunos productos rebasaron los límites de sodio o nitritos permitidos y presentan información nutrimental que no coincide con lo declarado en su etiqueta.

Ainer Marroquín / Mural Chiapas

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 04 de Julio del 2025 (muralchiapas.com).- En su más reciente Estudio de Calidad, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) reveló diversas irregularidades en productos que se comercializan como jamón o embutidos cárnicos en el país. El análisis, realizado por el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor, puso bajo la lupa a 40 productos disponibles en supermercados, muchos de ellos ubicados junto a los jamones tradicionales, aunque sin cumplir con los requisitos oficiales para ser considerados como tales.

Entre los artículos analizados se incluyeron jamones comerciales y económicos, así como productos etiquetados como “embutido cárnico” o “producto cárnico”. A pesar de su presentación similar, varios de estos alimentos no estuvieron regulados por la Norma Oficial Mexicana NOM-158-SCFI-2003, que establece las condiciones mínimas para que un alimento pueda denominarse “jamón”.

El estudio detectó que algunas marcas presentaban inconsistencias en su etiquetado, otras contenían niveles de sodio superiores a los permitidos, mientras que varias más declaraban cantidades de proteína que no coincidían con su contenido real.

Entre los casos destacados, se identificaron productos como Bafar Clásico, Galicia Virginia y Galy Galicia, que superaron el límite permitido de nitritos, fijado en 156 miligramos por kilogramo. También se encontraron discrepancias en la información nutrimental de productos como FUD, Bafar Virginia, El Mexicano y la versión vegana de jamón BENJI, los cuales mostraron cantidades reales de proteína inferiores a las declaradas en sus envases.

Asimismo, marcas como Chimex Ibero Barcelona, Zwan Premium, Nutri Deli, Bafar Lunch y Bafar Americano aparecieron en el estudio por declarar menos sodio del que realmente contenían, lo cual representa un riesgo para los consumidores que deben vigilar la ingesta de este compuesto.

La Profeco también señaló que varios productos presentaban su clasificación comercial —por ejemplo, "económico" o "comercial"— en tipografías más pequeñas o separadas de la denominación principal, contraviniendo lo establecido en la norma NOM-051, que regula el etiquetado claro y veraz de los alimentos procesados.

Más allá de estos casos, el estudio advirtió sobre la creciente oferta de productos que, sin ser jamón, se comercializan con nombres y presentaciones que inducen al engaño. Bajo etiquetas como “embutido cárnico cocido”, “producto cárnico” o “jamón con pavo”, muchas marcas ofrecieron alimentos que visualmente se asemejan al jamón tradicional, pero que no cumplen con la normativa vigente. Estos productos carecen de regulación específica y pueden estar compuestos por mezclas de carne de pollo, pastas cárnicas, féculas, soya y aditivos, lo que la aleja del perfil nutricional de un verdadero jamón.

El contenido de sodio fue uno de los parámetros que más llamó la atención en el estudio. Productos como Nutri Deli y Alpino superaron los 1,100 miligramos de sodio por cada 100 gramos, lo que representa más de la mitad del consumo máximo diario recomendado por la Organización Mundial de la Salud. De acuerdo con la Profeco, el exceso de sodio está vinculado a enfermedades como hipertensión y afecciones cardiovasculares, por lo que este tipo de información debe ser clara y accesible para los consumidores.

Ante estos hallazgos, la Profeco recomendó a las personas consumidoras leer cuidadosamente las etiquetas, verificar que el producto indique claramente la palabra “jamón” y no solo “producto cárnico” o “embutido”, y prestar especial atención al contenido de proteína libre de grasa, que debe ser de al menos 10 por ciento en los productos económicos y 12 por ciento en los comerciales. También recordó la importancia de atender los sellos de advertencia nutrimental, especialmente en productos con altos niveles de sodio, azúcares o grasas saturadas.

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