Cerca de 220 mil personas fallecen cada año en México debido a enfermedades cardiovasculares, de los cuales el 53% aproximadamente son a causa de un infarto de miocardio (un tipo de ataque al corazón donde el flujo de la sangre se interrumpe desde el corazón).
Los principales factores de riesgo de estas enfermedades están relacionados con el tabaquismo, la presión arterial alta, el colesterol elevado y la diabetes no controlada, sin embargo, investigadores comienzan a analizar al estrés crónico como otra posible causa.
Según investigaciones, el 75% de los mexicanos padece fatiga por estrés laboral, números que superan a países como China y Estados Unidos. Por lo cual, es importante analizar la relación entre el estrés crónico y las enfermedades cardiovasculares.
¿Sabía que el estrés y la depresión pueden aumentar el riesgo de cardiopatías tanto como la hipertensión, el colesterol alto, la diabetes y el tabaquismo?
Los investigadores de Mass General, Michael Osborne, MD, y Ahmed Tawakol, MD, colaboradores del Centro de Investigación Cardiovascular en Mass General Research Institute, están trabajando para conocer más sobre esta conexión para identificar nuevos tratamientos. Conoce más información sobre su trabajo en las siguientes preguntas y respuestas.
¿Qué cuestiones clave relacionadas con el corazón está investigando ahora mismo?
“Nuestro grupo se centra en la comprensión de los mecanismos por los que las vías neuronales pueden desencadenar enfermedades cardiovasculares. Por ejemplo, estudiamos cómo el estrés crónico puede provocar infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
Hemos identificado una vía multiorgánica que comienza con la actividad cerebral relacionada con el estrés, lo que da lugar a una activación excesiva de los sistemas simpático e inmunitario, desencadenando cambios cardiovasculares que desembocan en infartos.
Aunque reconocemos que es difícil reducir los factores estresantes a los que están expuestas las personas, esperamos identificar formas de limitar las manifestaciones fisiológicas adversas del estrés que causan las cardiopatías.
Por ejemplo, estamos evaluando cómo los factores relacionados con un estilo de vida saludable, como el sueño y el ejercicio, silencian esta vía causante de enfermedades. Además, estamos estudiando compuestos que puedan influir en esa vía.
Por otro lado, estamos estudiando cómo una intervención para reducir el estrés (ofrecida por el Instituto Benson-Henry de Mass General) influye en la actividad cerebral asociada al estrés, la inflamación y la enfermedad arterial.
Esperamos que los trabajos en este campo acaben por mejorar la comprensión de los mecanismos e identificar intervenciones eficaces. Además, esperamos que estos descubrimientos puedan ayudar pronto a los seres humanos a llevar una vida más sana al reducir la carga de enfermedades cardiovasculares asociadas al estrés.”
¿Qué tiene de particular su enfoque?
“Utilizamos imágenes avanzadas multimodales y multiorgánicas (de resonancia magnética y tomografía por emisión de positrones) para comprender cómo el estrés psicosocial conduce a la enfermedad cardiovascular.
Combinamos estas herramientas con medidas genéticas y bioquímicas, junto con datos detallados sobre el estilo de vida y el entorno. Las imágenes proporcionan información detallada sobre las actividades metabólicas simultáneas y las estructuras de diversos órganos para comprender su interacción en los procesos de enfermedad.
Por ejemplo, hemos demostrado anteriormente que una mayor actividad de las regiones cerebrales asociadas al estrés se relaciona con una mayor actividad de los tejidos inflamatorios (como la médula ósea) y a una mayor inflamación de las arterias. Ahora estamos utilizando estas mismas herramientas para identificar el impacto de las intervenciones en esta vía.
Además, estamos aplicando este enfoque a cohortes de biobancos muy grandes (que incluyen a más de 100,000 participantes) utilizando datos genéticos y de estilo de vida para mejorar nuestra comprensión de cómo estos factores influyen en la relación entre el estrés y las enfermedades cardiovasculares.”
¿Qué es lo que más le gusta de estudiar el corazón?
“Nos apasiona comprender mejor y descubrir mejores formas de interrumpir las vías que vinculan la actividad cerebral asociada al estrés con las cardiopatías.
Aunque hace tiempo que se asume que el estrés afecta negativamente a la salud, se ha avanzado poco en la comprensión de cómo se produce y, lo que es más importante, cómo podría prevenirse.
Nosotros y otros profesionales hemos aprendido que el estrés (y la depresión) son factores de riesgo de enfermedades cardiacas tan potentes como la diabetes, el tabaquismo, la hipertensión y el colesterol alto. Sin embargo, se presta relativamente poca atención al estrés o la depresión como factores de riesgo de enfermedad, quizá porque no se comprenden bien los mecanismos que los relacionan con la enfermedad.
Esperamos que los trabajos en este campo acaben por mejorar la comprensión de los mecanismos e identificar intervenciones eficaces. Además, esperamos que estos descubrimientos puedan ayudar pronto a los seres humanos a llevar una vida más sana al reducir la carga de enfermedades cardiovasculares asociadas al estrés.”