La recuperación de la industria automotriz mexicana es una realidad y prueba de eso ha sido el excelente 2022 en cuanto a números. Para cerrar el año, diciembre también arrojó buenos resultados referidos a ventas de vehículos.
Y, aunque aún estamos lejos de los niveles pre-pandemia, está claro que el sector ha retomado la senda del crecimiento, lo cual es una buena noticia para todo el país.
Según el último informe del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) se vendieron en total 120.862 vehículos en todo el territorio de nuestro país. Esta cifra representa la mejor marca para un solo mes registrada en los últimos 3 años. Es decir, justo antes del inicio de la pandemia que afectó a todo el mercado.
Con respecto al mes de noviembre, las ventas subieron un increíble 26,5%. Y, aunque esto ha sido favorecido por un factor estacional, ya que por estas fechas siempre existe un aumento con respecto a otros meses, los expertos aseguran que esta es la mayor alza mensual registrada desde el año 2016.
Los datos son alentadores
Como hemos mencionado, la industria ha tenido un muy buen año 2022. De hecho, entre enero y diciembre se registraron un total de 1,086,058 unidades totales vendidas, lo que representa un 7% de incremento con respecto al año 2021.
Por supuesto que aún estamos por debajo de los datos registrados previos a la crisis causada por la pandemia de covid y aproximadamente un 37% por debajo de los máximos históricos. Esto puede atribuirse a varios factores, tanto internos como externos.
Entre los primeros, los altos niveles de inflación, el encarecimiento de las tasas de los préstamos y los elevados costos de mantenimiento que tiene un vehículo, como por ejemplo en el seguro de auto. Mientras que también existen problemas exteriores que están afectando a la industria automotriz a nivel global, como el faltante de stock y de repuestos.
Ahora bien, a pesar de todos los aspectos negativos, el crecimiento récord en las ventas muestra que la industria vehicular mexicana está en el camino de la recuperación. Si el 2023 trae una relativa tranquilidad en cuanto la inflación y, la autoridad monetaria de nuestro país reduce el ritmo de crecimiento de las tasas de interés, podemos estar ante un año que marque la vuelta a los niveles de actividad previos al 2020.
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