La fuerza laboral es un concepto que, aunque puede sonar genérico y ambiguo, es bastante tangible y medible: se refiere al capital humano de un país o una empresa. En México, la fuerza laboral se denomina Población Económicamente Activa y, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), hasta septiembre de 2021 fue de 57.7 millones de personas.
De esta población, la misma ENOE revela que el mayor número de personas ocupadas en el país se concentran en cuatro principales sectores de actividad económica, Comercio, Transformación, Agricultura y Servicios Profesionales, y cada uno agrupa más del 90% de sus puestos en personal operativo.
El personal operativo son todos los empleados que, directamente, producen bienes y servicios para una empresa o negocio. El trabajo operativo se refiere a actividades que se realizan de forma continua en la organización, y se relaciona de manera consistente con los procesos de abastecimiento, producción y distribución
Estas cifras de la ENOE confirman que el personal operativo es una importante fuerza laboral en México: en cuanto a estratificación por niveles de puesto (Operativos, Mandos Medios y Directivos), las principales actividades económicas del país concentran más del 90% de su fuerza laboral en su personal operativo.
Sin embargo, es el segmento con mayor necesidad de tecnologías más humanas. Mientras en otros sectores la digitalización avanza rápidamente, la mayor fuerza laboral del país experimenta rezagos importantes en cuanto a la implementación digital y tecnológica para hacer más efectivas las competencias laborales.
Uno de los mayores retos a los que se enfrentan el personal operativo es la capacitación en dos enfoques específicos: Upskilling (capacitación adicional para mejorar competencias) y Reskilling (adquisición de nuevas competencias).
Germán Zubia, Country Manager en México de Talentu, plataforma que ofrece soluciones digitales a las empresas para mejorar la forma de reclutar, capacitar y gestionar a su personal, explica que América Latina tiene el mayor déficit de calificación en el mundo en cuanto a la capacitación de personal operativo, y en México el 74% de los empleadores tiene dificultades en ese sentido.
Asimismo, comenta que “el personal operativo se enfrenta a una rápida afluencia de nuevas tecnologías. A medida que los avances como la automatización ganen fuerza en las industrias, los trabajadores deberán poder manejar estas máquinas, supervisar su rendimiento y mantenimiento, y también manejar los informes. Aquí es donde la mejora de las habilidades "upskilling" se vuelve crítica”; de tal manera que las empresas necesitan replantearse cómo capacitar a su personal.
Un aspecto que también es retador y a veces difícil de resolver para las empresas es la planificación de sesiones de capacitación con turnos de trabajo, ubicación de los trabajadores (que muchas veces están ubicados en distintas regiones) y niveles de competencia, además de los periodos de atención del personal y sus intereses.
En ese sentido, la tecnología viene al rescate para crear vías de aprendizaje personalizadas a través de plataformas impulsadas por inteligencia artificial (IA). Crear módulos de aprendizaje atractivos y sencillos, formatos de contenido en audio y video que aumenten la participación de los empleados, y por supuesto, utilizar tecnologías como la IA, el aprendizaje automático y la accesibilidad vía móvil para aprender a su propio ritmo. La IA les permite descubrir contenido nuevo en función del comportamiento de aprendizaje, nivel de competencia e historial de búsqueda; mientras que los chatbots se pueden enfocar en consultas y ofrecer soporte adicional.
Otros de los desafíos para quienes se perfilan en puestos operativos son los procesos de reclutamiento. Los expertos explican que, debido a que el área de Recursos Humanos experimenta un retraso de 10 a 20 años en Latinoamérica, se generan mayores gastos para su gestión y la productividad se ve afectada.
“Uno de los indicadores más importantes dentro de nuestra profesión como reclutadores de talento, son los costos de cada proceso de selección, y debemos encontrar soluciones para optimizarlo. Esto hace que nuestra gestión sea más eficiente y agregue mucho valor a nuestra área de selección y reclutamiento”, asegura Zubia.
Es aquí donde la tecnología entra también en juego para ofrecer soluciones que mejoran la cultura organizacional, el reordenamiento del trabajo y la captación de talentos potenciales. La implementación de tecnología en RRHH otorga beneficios no sólo a la empresa sino a sus empleados.
Desde la experiencia de Talentu, con soluciones digitales los tiempos de contratación disminuyen en un 50%, mientras que la rotación de personal y los costos de capacitación y formación descienden 18% y 30%, respectivamente. Además, se muestra un incremento de ventas del 20% y un aumento en la motivación y productividad.
Finalmente, pero no por ello menos importante, es el uso de herramientas humanas que permitan a la fuerza laboral sentirse conectada y capacitada para introducir nuevas tecnologías. Actualmente, las empresas no sólo deben pensar en introducir tecnología, sino en crear una cultura de innovación con una fuerza de trabajo digital conectada, en la que todos los empleados (sin importar su nivel de educación) se sientan integrados y capaces de ejecutar los nuevos conocimientos.
Sin duda, la transformación digital debe estar dirigida hacia las personas que representan la mayor fuerza laboral del mundo. Las empresas y organizaciones necesitan implementar herramientas efectivas que permitan desarrollar las competencias de su personal y optimizar su productividad, competitividad y adaptación.