La agonía del PRD en Chiapas (En la Mira) Héctor Estrada Atrás quedaron los tiempos de gloria y abundancia en Chiapas para el Partido de la Revolución Democrática (PRD), encumbrado por Pablo Salazar Mendiguchía y Juan Sabines Guerrero, que el pasado 6 de junio finalmente perdió su registro estatal en una de las elecciones intermedias más desastrosas para el partido en los últimos 20 años de vida dentro de la entidad.

Lo que tanto se temía a nivel nacional, y estuvo a .65 puntos porcentuales de suceder, terminó consumándose en Chiapas. El PRD quedó con menos del 2.5 por ciento de las votaciones (del tres por ciento necesario), superado incluso por partidos locales Mover a Chiapas y Chiapas Unido, que sí lograron mantener su registro.

Desde el 2015 el PRD en la entidad comenzó a mostrar signos de agonía. De los más de 117 mil votos obtenidos en las elecciones de 2015 pasó a sólo 53 mil 600 en las presidenciales 2018, que apenas le alcanzaron para conservar el registro estatal en ese entonces. Se quedó con solamente siete ayuntamientos y una diputación plurinominal.

Este año los resultados fueron aún peores, el Partido de la Revolución Democrática ni siquiera superó los 50 mil votos en el estado, se quedó con solamente cinco ayuntamientos y fue prácticamente borrado del congreso local. Terminó relegado a quedarse como la onceaba fuerza política estatal, sobreviviendo como simple representación del partido a nivel nacional.

Todo parece demostrar que, al menos en Chiapas, la alianza con el PAN y el PRI no resultó tan provechosa para los intereses individuales de “los amarillos”. Lo que fue considerado un importante bastión para el perredismo nacional entre 2000 a 2012, después de arrebatar por primera vez a Chiapas de la hegemonía priista, terminó convertida a nada el 6 de junio pasado.

Tras doce años de abundancia y excesos, que enriquecieron a muchos líderes y dejaron algunas herencias materiales como la sede estatal del partido -obsequiada por Sabines Guerrero-, durante el gobierno de Manuel Velasco Coello el PRD fue prácticamente desmantelado, convertido en un partido “auxiliar” para hacer el trabajo sucio o saciar los intereses personales de algunos liderazgos verdes con aspiraciones sexenales.

Para los próximos tres años el PRD Chiapas seguramente permanecerá como una coordinación estatal del partido nacional y podrá solicitar su registro en la entidad para contender en las elecciones locales hasta el inicio del proceso electoral presidencial de 2024. Mientras tanto deberá reconstituirse y buscar alternativas que permitan ser verdaderamente competitivo, más allá de alianzas que le están dejando los peores dividendos políticos.

Junto al PRD perderán su registro estatal el Partido Nueva Alianza (Panal), Movimiento Ciudadano (MC), Redes Sociales Progresistas (RSP) Fuerza por México (FXM) y el Partido Popular Chiapaneco (PPCH), quien obtuvo su registro recientemente. El Partido Encuentro Solidario (PES) se mantendrá exclusivamente como una figura estatal ante su desaparición a nivel nacional, mientras Movimiento Ciudadano tendrá un futuro similar al del Partido de la Revolución Democrática.

Lo sucedido al PRD en Chiapas debe servir de duro ejemplo para otras importantes fuerzas políticas que no se encuentran hoy fuera de un escenario similar, como es el caso de Acción Nacional que en Chiapas apenas superó los 69 mil votos (poco más del 3.2 por ciento). Urge un replanteamiento serio sobre el futuro de la oposición en la entidad. Con sólo tres años en frente, el PAN y PRD deberán asumir los resultados del 6 de junio como una lección para cambiar lo que sea necesario y ofrecer nuevas plataformas que de verdad hagan contrapeso al innegable voto duro de Morena, o la desaparición definitiva será inevitable… así las cosas.