A. Marroquín
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 02 de agosto del 2022 (muralchiapas.com).- Pese a que se anticipó el riesgo de fuga y de los posibles daños ambientales, más de 600 mil habitantes de la zona norte de Chiapas mantiene suspendido el suministro de agua potable por el derrame de hidrocarburos en el río Mezcalapa.
Desde el martes de 26 de julio, pueblos zoques de Chiapas y organizaciones por la defensa de la vida y el territorio, arrecieron sus denuncias en contra de PEMEX, de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) y del Estado por no realizar una revisión exhaustiva a los ductos de transportación de hidrocarburos, toda vez desde la semana pasada se presentó un derrame importante de petróleo, contaminando gravemente a los ríos Mezcalapa y Carrizal.
Lo anterior, lamentaron que ha ocasionado que más de 600 mil personas se quedarán sin agua, ya que la mancha de aceite crudo se dispersó por arroyos, ríos y pastizales principalmente en la ranchería “El Platanar”, del municipio de Pichucalco, ubicada entre los límites de Chiapas y Tabasco, sobre la Cuenca Grijalva.
Lo más lamentable de estos hechos, expusieron que desde meses atrás habían reportado a las autoridades locales una posible fuga en los ductos de PEMEX, del municipio de Reforma, sin embargo, nadie atendió la solicitud.
“Esta negligencia es una evidencia de las formas de operación del Estado Mexicano, en particular desde su empresa Petróleos Mexicanos, quien desde hace 5 décadas ha convertido a nuestras tierras en verdaderos territorios de sacrificios como ocurre en el ejido Nuevo Volcán Chichonal, municipio de Juárez, pozo Catedral en Ostuacán y la laguna El Limón de Reforma, Chiapas, que son pasivos ambientales generados por el gobierno. También señalamos que es necesario revisar los derechos de vía de sus ductos, pues muchas de ellas, se encuentran sobre viviendas, escuelas y torres de alta tensión de comunidades campesinas que además padecen los efectos de la lluvia ácida”, indicaron.
Señalaron que lo anterior obedece al sistema capitalista y de represión hacía las comunidades, ya que los grandes conglomerados quieren obtener ganancias multimillonarias y acumular poder desde la sustracción de petróleo.
“Por eso, saquean nuestros territorios, destruyen la naturaleza, la vida del ecosistema y explotan nuestra fuerza de trabajo. Convocamos a los pueblos a fortalecer la organización comunitaria porque solamente como colectivos podremos defender a la madre tierra”, manifestaron.
De esta manera, exigieron reparar el daño para tener una verdadera justicia ambiental, de este hecho que calificaron como una catástrofe.
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