Gotitas de Sangre chiapaneca (Casa del Terror Supercargada) R. Vicente Yannini Mejenes Después de muchísimas denuncias e inconformidades manifestadas, reales, tangibles, tanto de la comunidad usuaria, como de los trabajadores del Órgano dependiente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Chiapas C.E.J.A. de los municipios de Tapachula y San Cristóbal de las casas, Chiapas., el Consejo de la judicatura del Estado de Chiapas a través del Director emprendió estrategia de investigación y acciones que deberían corresponder a la profundidad de las acusaciones vertidas en contra de la subdirectora C. Nirma Elida Espinosa Espinosa, Subdirectora del Centro Tapachula y la C. Liliana Alfaro Arrazate, subdirectora del Centro San Cristóbal de las Casas, Chiapas., cuyos resultados fueron confirmatorios de las faltas cometidas en contra de usuarios y personal operativo.

Sin embargo, las acciones correspondieron a un simple “enroque” entre ambas, designando a la de Tapachula para San Cristóbal y viceversa. Nos preocupa que lo que se vive en el CEJA Chiapas represente la pudrición que se vive institucionalmente en el Estado, es reflejo claro de la administración de un chamaco irresponsable, vividor, sinvergüenza y verde, que nos ha sometido a una espiral invertida, acabando con esperanzas y sueños de seres humanos, gente de trabajo que también espera señales inaplazables de cambio.

Dijeran en mi pueblo “a la mejor y así se compone”, pero no, todo parece indicar que la pudrición y la responsabilidad de los funcionarios públicos ha sido rebasada por este par de delicuencillas medradoras de la ley y el respeto, en el que abusan de el “apadrinazgo” de los que tienen la responsabilidad de auditar y controlar el funcionamiento del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Chiapas, si, le atino amable receptor, el “Consejo de la Judicatura”, que mas que cumplir con su responsabilidad se dedica a fomentar coyunturas de auspiciamiento y solapamiento de los caprichos de estas dos “funcionarias” disfuncionales, quienes a partir de la notificación de su cambio de sede debieron presentarse el día 28 de mayo sin que esto haya sucedido dado que presentaron ambas una petición de licencia, siendo Nirma por 5 días y Liliana por cinco y a su vencimiento, otros cinco días, dejando acéfalas las subdirecciones.

Aquí debemos poner mucha atención en el Consejo de la Judicatura, ya que más bien, pareciera el Consejo de la displicencia y el cobijo de los violadores de la ley. Nirma a su llegada a San Cristobal, en su discurso de bienvenida dijo: “A mi me gusta trabajar y cualquier problema ella lo arregla directamente ante el Consejo de la Judicatura”, osea que el Director solo está para pegar estampitas.

Son tres los Consejeros, Lic’s: Ramón Salvatore Constanzo Ceballos, María de Lourdes Hernández Bonilla y Oscar Francisco Muñoz Barrera, teniendo años de no ser los cuatro que establece la ley. Este colegiado (?) es quien tomó la brillante decisión de dejar en sus cargos a las dos licenciadas, subdirectoras del CEJA, de enrocarlas y solapar sus andanzas y torturas impuestas a sus subordinados. Si analizamos bien, este Consejo tiene una larga lista de pésimas actuaciones de defensa a ultranza de jueces, magistrados y personal del Tribunal que deberían aclarar a la ciudadanía, el mensaje que envían es deleznable, viniendo de un colegiado que a todas luces debería imponer la ley y no solapar a quienes la denigran, violentan y transgreden.

Hacemos un urgente llamado al Presidente del TSJE, al titular del poder Ejecutivo del Estado y al Secretario General de Gobierno Mario Carlos Culebro Velasco para que tome cartas en el asunto y no continuar en este escenario de abuso de poder, corrupción e impunidad.