Chilón: impunidad y pobreza extrema

 Angel Mario Ksheratto

@ksheratto

 

Siete de cada diez habitantes sobreviven en medio de la pobreza extrema. Se calcula que en 50 de las más de 300 diminutas poblaciones que conforman el territorio de Chilón, la gente come cuando mucho, dos veces a la semana. Y no una dieta aceptable. Se alimentan de hierbas silvestres, frijoles, una precaria medida de arroz y tortilla, racionada en una o la mitad de una por persona. En el resto de comunidades, las condiciones varían por lo mínimo.

Una gripa común, puede ser causa de muerte por la falta de medicinas en los centros de salud, la mayoría, cerrados por falta de personal. Los pocos que “funcionan”, no cuentan con energía eléctrica ni agua potable. El presupuesto de éste municipio chiapaneco, es más que un secreto de estado. Las cifras que eventualmente el Congreso del Estado da a conocer, son ambivalentes, contradictorias y por supuesto, no coinciden con otras que a regañadientes, sueltan otras dependencias.

En Bahtaj y Mapil, comunidades de éste municipio, mueren entre cuatro y seis personas mensualmente, por desnutrición. En Bacantelá, una rata de monte, mordió a un campesino muriendo éste a las dos semanas a causa de una infección que se le extendió por todo el cuerpo. Poco después, una de sus hijas, de 13 años, “enloqueció”. Los testigos dicen que “echaba espuma por la boca, se retorcía y trataba de morder a los demás”. Se presume que fue contagiada por el padre, ¡de rabia! También murió.

Redondeando las cifras obtenidas de diversas fuentes, Chilón percibe 500 millones de pesos presupuestales, son contar con lo recabado por concepto de tributos municipales, ni los fondos etiquetados provenientes del Gobierno Federal. Sin embargo, ni la cabecera municipal ni sus comunidades, ven una sola obra de beneficio colectivo. Ese, según informes de la SEDESOL, es uno de los municipios mexicanos con mayores recursos para el combate del hambre. Sin embargo, no se refleja la presencia de esa dependencia en el municipio. Los números en salud, por ejemplo, hablan de que hay ahí, 37 unidades médicas. ¿Cuáles?

En educación, especifica SEDESOL, que existen en ese municipio 465 escuelas primarias, 375 preescolares, 52 secundarias, 25 con bachillerato, tres escuelas de formación técnica y además, 359 escuelas indígenas… Pero existe el 52 por ciento de rezago educativo, lo que es lo mismo: analfabetismo del más puro, si interpretamos el maquillaje con que esa dependencia pinta la situación: “… 52, 785 individuos presentaron esta carencia social.”

La situación de Chilón es alarmante, preocupante. Recursos para, por lo menos paliar la pobreza extrema, hay. No de sobra, pero los necesarios para evitar que más gente siga muriendo de hambre, frío o enfermedades curables. ¿Qué pasa, entonces? Sucede que su alcalde, Leonardo Rafael Guirao Aguilar, ha abandonado prácticamente al municipio y lo peor, se sospecha, está desviando los recursos para salvar a esa gente, para financiar su campaña electoral.

Los chorros de billetes que Guirao Aguilar suelta para pagar costosas recepciones en otros municipios de la entidad, son sencillamente impresionantes. El acarreo de “simpatizantes” a sus eventos, supone un gasto semanal de siete millones de pesos, sin contar con los pagos a artistas y grupos musicales de mediano renombre que amenizan sus concentraciones y otros gastos no previstos.

En cada mitin, el dispendioso edil reparte gorras, camisetas, comida, refrescos, utensilios de cocina, herramientas para el campo, despensas e incluso, televisores de plasma, computadoras, lavadoras y estufas. De escándalo resultó el pago millonario que hizo a una famosa agrupación musical, para la feria de la cabecera municipal de Chilón. La cotización normal de Los Tigres del Norte, el grupo contratado por Rafael Guirao, es de dos millones de pesos. Aparte, los viáticos de los asistentes, músicos, técnicos y demás personal, que corren por cuenta del contratante.

Según nos cuentan, entre boletos de avión del grupo y su staff, hotel, alimentos, audio, escenario, bailarinas e iluminación, el alcalde erogó más de 800 mil pesos extras. ¿Y su pueblo? Muriendo del hambre. En cualquier parte del mundo, ya hubiese sido acusado de delitos de lesa humanidad. No sería una exageración.

La impunidad, parece estar del lado de éste hombre que surgió de la nada. Ninguna autoridad que se precie de serlo, ha investigado sus excesos y abuso de autoridad. Se apresta a ser candidato a diputado. ¿Con dinero que quita a los más pobres entre los pobres? La inmoralidad de éste, es igual a la de quien o quienes lo protegen. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.


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