La deuda moral del IMSSLa historia del Instituto Mexicano del Seguro Social, ha sido por lo general, trágica para sus derechohabientes; entre las instituciones con mayor número de recomendaciones emitidas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y otros organismos internacionales, es precisamente, el IMSS, cuyos servicios, a pesar de los avances tecnológicos en medicina, siguen siendo de menor calidad, al igual que la atención de sus empleados hacia los usuarios.

Recientemente, les explotó otra bomba de gran dimensión, acá en Chiapas. Casi una treintena de niños sufrieron reversiones graves a una vacuna, provocando la muerte de dos de ellos. Se disparó la alerta nacional y se suspendió en todo el país la aplicación de la misma. La medida no solo era urgente, sino obligatoria, ante la sospecha que no solo el lote enviado a la comunidad “La Pimienta”, del municipio de Simojovel estuviese infectado, sino muchos más.

Con todo y eso, persisten muchas dudas respecto a las verdaderas razones de los efectos de dicha vacuna en los infantes. Inicialmente, las autoridades del IMSS sostuvieron que tras una investigación, se había determinado que las vacunas no pudieron causar efectos nocivos en los niños; posteriormente, se explicó que el desenlace pudo haber sido provocado por un error humano que habría contaminado el lote de vacunas. Finalmente y casi a escondidas, soltaron la versión en el sentido que una bacteria contaminó a éstas.

La verdad es que solo han sido suposiciones al vapor que no prueban ninguna de las hipótesis planteadas, lo que agranda la desconfianza hacia una institución que no ha gozado de muchas simpatías en todo México.

Independientemente de cuál vaya a ser la causa que las autoridades del IMSS determinen, hay pendientes morales y económicos que, por lo pronto, no deben ser descuidados, principalmente, porque las víctimas carecen de los fondos necesarios para sufragar gastos que no tenían previstos y por otro lado, para asegurarse que en el futuro, no vuelvan a ocurrir desgracias de esa naturaleza y tamaño.

La respuesta que han dado directivos de esa institución ante el planteamiento de una posible indemnización formal y justa para las víctimas y sus familiares, es por mucho, torpe e insensible. Decir que esperarán los resultados de las indagatorias para tomar decisiones al respecto, es un acto de irresponsabilidad moral de la institución para sus derechohabientes. Si, por desgracia —y como ya han empezado a presumir— los niños afectados hubieren sido naturalmente alérgicos a las sustancias inyectadas, el IMSS se lavaría las manos y dejaría de pagar cualquier indemnización.

Una institución de esa magnitud y con el perfil para lo que fue creada, no está en condiciones de incumplir con su responsabilidad moral ante los derechohabientes. Está, por el contrario, obligada a pagar puntual y justamente todo el daño causado. Si bien es plausible que sus representantes estén pendientes de los enfermos causados, sería idóneo que vayan más allá de la pose política para asegurar la salud y seguridad de quienes confían en sus servicios.

No está de más recordarles que Chiapas, podría no ser un caso aislado; hasta ahora, nada se ha dicho de los laboratorios donde fue adquirida la vacuna y no se ha mencionado las condiciones de embodegamiento de las medicinas que la institución reparte entre sus agremiados. No se han explicado tampoco, las formas de traslado de las vacunas a Chiapas y nada sobre su caducidad, la calidad de éstas y otros pormenores donde podría estar la clave del asunto.

Pareciera que el IMSS, está más preocupado por no poner una mancha más a su negro historial, que en garantizar la salud de los mexicanos. Esto, porque no se han anunciado medidas extraordinarias (salvo la suspensión de la campaña de vacunación), ni acciones preventivas para asegurarse que la vacuna que causó muerte en La Pimienta, no lo haga en otras entidades del país.

Nadie niega que las campañas de vacunación contra todo tipo de enfermedades, han sido exitosas en México. Han salvado millones de vidas. Por eso mismo, el Seguro Social debe actuar en consecuencia y hacer lo conducente para que los mexicanos sigan confiando, tanto en esa institución, como en las campañas preventivas. De otra forma, solo espantarán a la gente y expondrán a millones de niños a contaminaciones irreversibles.

Es tiempo de cambiar la negra historia del IMSS. Para ello se requiere responsabilidad de sus actuales directivos. Mientras sigan ocultando asuntos de vital importancia, seguirán siendo cómplices y autores de la debacle de la institución. Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.