Por Raúl Ríos Trujillo
En casi 90 años de permanencia en el poder; la derecha en México forjó un orden plutócrata que dependiente del sistema logró mimetizarse con los cambios de color y de bandera en el poder.
Cuando el PRI entregó la presidencia al PAN en 2000 el grueso de burocracia que incluía cabezas de sector, directores, subsecretarios y otros funcionarios de primer orden jugaron el juego del cambio de régimen y pronto se integraron a la élite azul, esa transición tuvo pequeños roces, pero ninguno originó una verdadera crisis.
La historia ahora mismo nos dice que lo que verdaderamente sucedió con el triunfo de Vicente Fox al inicio del milenio no fue un verdadero cambio de régimen si no de siglas, las administraciones panistas en realidad no plantearon una vuelta de timón y si verdaderamente se registraron cambios fueron para beneficio de los pocos pudientes y la misma lógica del PRI continuó en el PAN.
No obstante, la realidad actual es distinta; porque al parecer con el triunfo de la izquierda existe un cambio de planes que está generando mucha desconfianza y tensión en la clase media, principalmente en aquellos sectores relacionados con el ejercicio del poder y la administración pública, los constantes llamados y menciones de recortes y despidos que se darán por la descentralización del poder le quita el sueño a muchos.
Pero lo que se ve en realidad es que nuevamente la clase menos poderosa es la que se verá afectada toda vez que las familias y los grupos caciquiles relacionados con el poder y el gobierno desde el siglo pasado están buscando acomodo en el nuevo esquema y lo está haciendo de la única forma en que lo saben hacer, a través de las viejas prácticas del engaño y la simulación.
En los últimos días por ejemplo hemos visto como el discurso lesivo en contra del nuevo orden de poder concentrado en la figura del nuevo presidente Andrés Manuel López Obrador sólo ha permanecido en ciertos sectores en tanto que los poderosos acomodados en el sistema priista no han puesto la resistencia que llegó a sospecharse tendrían, más bien pareciera que se preparan para que mediante la adulación y el chantaje logren hacerse de espacios en el nuevo régimen.
La liberación de la maestra Elba Esther Gordillo de quien se sabe tiene una relación amable con el nuevo presidente, es la punta de lanza de una estrategia entreguista de parte del poder aun en ejercicio hacía con la nueva administración que estará vigente a partir de diciembre, a la maestra la apresaron por motivos políticos y por motivos políticos ahora mismo la liberan.
Aquellos que calcularon un golpe mediático que al mismo tiempo opacara y pusiera en apuros a AMLO el día de que iba a recibir su carta de mayoría son los mismos que le están entregando al exsecretario de gobernación Patrocinio González Garrido un reconocimiento por su labor en pro de la ecología.
Ellos que habiendo sido actores principales del auge y decadencia del régimen que concluye alzan la mano y buscan los reflectores para ser tomados en cuenta en la llamada cuarta gran transformación del país, tal como lo concibe López Obrador.
Son una verdadera fuerza fáctica, y sabiendo muy bien el papel que les ha dado la historia no se preocupan tanto, al contrario, tampoco tienen recato en demostrar su poder, no podemos olvidar que precisamente Josefa González Blanco Ortiz Mena, hija de Patrocinio González Garrido; está en la lista de los nuevos funcionarios federales que tendrán gran incidencia a partir del próximo diciembre.
La figura de Patrocinio González Garrido que también fuera gobernador de Chiapas es dueño de un prestigio apretado y ambivalente que todavía mueve muchas heridas, se le relaciona con escandalosas violaciones a los Derechos Humanos, asesinato de homosexuales y periodistas, así como la incapacidad de detener el florecimiento de la guerrilla zapatista misma que pusiera en jaque al sistema en 1994.
Los días que faltan para diciembre serán muy interesantes para observar, los mismos que participaron en el desfalco del país ahora se vestirán con sus mejores galas de honor e intentarán asaltar el poder, pero no lo harán con violencia ni con resistencias, lo harán usando todo la zalamería del mundo, limpiarán sus imágenes y resurgirán de la nada para vender su sabiduría, así como veremos hoy a Patrocinio recibir sus honores en el Congreso del Estado así veremos pronto a Elba Esther regresar a su tablero, nada que no haya sucedido antes.
