Las campañas negras contra algunos candidatos serán superadas en las urnas este 19 de Julio y los grandes perdedores serán aquellos aspirantes que han escondido, junto con sus “estrategas”, sus debilidades en el barro y la diatriba.
Chiapas, otra bastión priista, es hoy escenario de la política el lodo. Pésimos asesores han “mal orientado” a algunos candidatos a buscar el poder a través de una guerra sucia, de descalificación vil, para derrotar a sus adversarios. Tan ruin son estos consejeros que iniciaron una campaña acusando a sus rivales de ladrones, homosexuales, saqueadores, entre otros epítetos.
“Fernando Castellanos es homosexual y le miente a su esposa. Se acuesta con hombres, no votes por él”, se lee en un mensaje homofóbico enviado desde una plataforma digital que fue operada desde el número telefónico 8118663303 de la Ciudad de Monterrey, Nuevo León, en contra del aspirante Verde en Tuxtla Gutiérrez. Otros, burdamente, han hecho circular panfletos contra el candidato de Mover a Chiapas en San Cristóbal de Las Casas, Enoc Hernández Cruz. Todos han hecho alianza en contra de este aspirante, que marcha primero en las preferencias del electorado a pesar de que el PRI pagó su propia encuesta a favor de su candidato Carlos Zepeda.
Para ganar se requiere de creatividad y astucia. Las campañas negativas para derrotar a los adversarios nunca han dado resultados positivos. Estas prácticas no sólo violan la ley sino que, a la postre, se devuelve contra el candidato emisor. Pierden el tiempo aquellos asesores y candidatos que apuestan por la denostación de sus rivales sin hablar de propuestas.
Sobre Neftalí del Toro, candidato a la presidencia de Tapachula, se ha filtrado la información que el gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval Rodríguez, le dio 20 millones de pesos para hacerse del gobierno municipal con lo cual, supuestamente, finanza la guerra del lodo con ventilador contra sus rivales políticos.
La estrategia del miedo, presionando a las personas pobres de que no recibirán diversa ayuda social viola toda regla democrática y genera crisis en los propios partidos que emiten los mensajes negativos. La víctima de los infundios capitalizará, finalmente, los ataques pues al ser victimizado la sociedad se le suma en las urnas.
A falta del dominio de la mercadotecnia política e impedidos, por desconocimiento, de realizar un proselitismo eficiente, algunos aspirantes han diseñado una burda estrategia y métodos oscuros, dirigidos a lograr el triunfo electoral.
La sociedad requiere que se fortalezca la democracia con mayorías electorales estables que legitimen, vía voto, a quienes aspiran ser alcaldes o diputados pero no avala la guerra sucia y las descalificaciones. “Siempre que hay una participación política se va a buscar de una u de otra manera descalificar a unos y otros”, dijo el candidato de Mover a Chiapas en San Cristóbal de Las Casas y líder moral de ese partido, Enoc Hernández, quien ha hecho una campaña limpia, de propuestas para ordenar la ciudad.
Desde la elección del 2006, la Cámara de Diputados emitió la señal de querer regular la llamada “guerra sucia” en las campañas electorales y elevó a rango constitucional la “obligación de los partidos de abstenerse de usar propaganda con expresiones denigrantes en contra de otros institutos políticos o que calumnien a las personas, así como la contratación de spots en radio y televisión a cargo de particulares”.
Por tanto es ilegal que en el marco de la campaña se revele que X candidato es homosexual o se le acuse de ser ladrón, sin prueba alguna, incurriendo algunos partidos en daño moral. Para empezar no se gobierna con los genitales y nadie tiene derecho de meterse en la vida privada o en la alcoba de otro.
Inventar acusaciones y desprestigiar es el argumento fácil de quien no tiene discurso, y menos el respaldo ciudadano. Para acusar a otro hay que tener la conciencia “blindada” pues, de lo contrario, se puede generar un boomerang que golpeará a los autores de esta manipulación
Los absurdos esquemas políticos del chantaje y la diatriba del partido Verde y del PRI, que no permean en las redes sociales, ya ha comenzado a salirse de control. Los burdos estrategas de la guerra del lodo, la desacreditación y la injuria tendrán este 19 de julio una prueba de fuego que difícilmente podrán superar.
