• “Ninguna revolución política de los últimos siglos trastocó al orden patriarcal”, sostuvo la antropóloga Rita Segato, subrayando que la crisis civilizatoria es también una crisis de poder y de humanidad.
  • Olimpia Coral denunció que la tecnología opera bajo una lógica extractiva que mercantiliza los cuerpos.
  • En México persiste “un eje crítico y rebelde” entre las juventudes, señaló John M. Ackerman, destacando el papel de las nuevas generaciones frente al avance de la ultraderecha en el mundo.
  • “La política es tan importante que no se la podemos dejar solo a los políticos; hay que entrarle desde donde estemos”, afirmó Susana Harp, al reivindicar las luchas indígenas y afromexicanas.

La FIL de Guadalajara fue escenario de la mesa “Democracia y crisis civilizatoria: territorios, pedagogías y mundos posibles”, organizada por el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS) de la Universidad Nacional Autónoma de México junto con el Centro de Estudios Estratégicos para el Desarrollo (CEED) de la Universidad de Guadalajara, donde la antropóloga Rita Segato, la activista Olimpia Coral Melo, la senadora Susana Harp y el Director del PUEDJS John M. Ackerman analizaron las raíces éticas, políticas y tecnológicas del colapso civilizatorio contemporáneo.

Frente a un auditorio abarrotado, John M. Ackerman, director del PUEDJS–UNAM, abrió la conversación subrayando la urgencia de sostener espacios permanentes de diálogo crítico y recordó que la mesa busca “abrir brecha y generar una luz de esperanza en tiempos aciagos”. Advirtió que atravesamos “un momento realmente muy difícil para la humanidad”, marcado por guerras, tensiones geopolíticas y el avance de la ultraderecha. Aun así, señaló que en México persiste “un eje crítico y rebelde” entre las juventudes, fuente de renovaciones democráticas.

En su turno, Rita Segato profundizó en los fundamentos de la crisis civilizatoria, marcada por el agotamiento de los marcos éticos que guiaron la modernidad: “las ideas antiguas del “bien” ya no conmueven cabezas ni corazones”. Afirmó que la humanidad “se ha deshumanizado” al romper los vínculos que sostienen la vida colectiva y señaló al patriarcado como el núcleo estructural de este derrumbe: “Ninguna revolución política de los últimos siglos trastocó al orden patriarcal”.
Recordó que la violencia actual expresa la ruptura de los lazos sociales: “Los vínculos, las relaciones, se están rompiendo”, indicador de una crisis civilizatoria en que la especie humana ha perdido la capacidad de reconocerse. Subrayó que toda reconstrucción debe comenzar por lo esencial: “Lo primero que hay que reparar es la relación”. Lanzó una propuesta de reflexión colectiva entre mujeres a favor de la recuperación de nuestra humanidad y advirtió que “estamos en un cambio civilizatorio” que exige nuevas pedagogías y modos de existencia.

Por su parte, Olimpia Coral Melo examinó la dimensión tecnológica de la crisis civilizatoria y sus impactos en la deshumanización social y la violencia machista digital, insistiendo en el pensamiento crítico en un contexto donde “el conocimiento se ha vuelto escaso”. Denunció que la tecnología opera bajo una lógica extractiva que mercantiliza los cuerpos y la violencia sexual digital: “Hoy la tecnología no es como nos la pintan; perpetúa la ganancia de las grandes corporaciones con la estafa del consentimiento”.

Planteó el problema del colonialismo digital, cuestionando anglicismos como grooming o revenge porn, y reiteró: “No existe la ‘pornovenganza’. ¿Venganza de qué? Lo que existe es violencia sexual digital”. Explicó la noción de algoritmo patriarcal, recordando que “la desigualdad que vivimos fuera de internet se programó dentro de internet”, e ilustró cómo las búsquedas reproducen estereotipos misóginos. Advirtió también sobre la exclusión de mujeres en el desarrollo de IA y sobre la deshumanización neurobiológica producto de la hiperconectividad: “Para los nativos digitales la dopamina está desbalanceada a niveles equivalentes al consumo de cocaína”.

Denunció además la industria global de explotación sexual digital, basada en tecnologías que automatizan la violencia: “Hoy existen robots sexuales diseñados para simular niñas, bebés o para rechazar una relación sexual. Eso también es deshumanización”. Cerró con un llamado claro: “La lucha es cambiar el código. Y esa lucha ya la estamos dando muchas”.

Finalmente, Susana Harp tomó la palabra para anclar la discusión sobre la crisis civilizatoria en los territorios concretos donde esas crisis se viven a diario: los pueblos indígenas y afromexicanos. Desde su experiencia como oaxaqueña, recordó que crecer en un territorio profundamente diverso marca una forma de mirar el mundo: “pensamos en plural porque desde niñas somos testigos de miles de colores, sabores y músicas que nos recuerdan que hay muchas realidades posibles”. Esa conciencia la llevó, desde el Senado, a impulsar el reconocimiento constitucional de los pueblos y comunidades afromexicanas, históricamente borradas de la narrativa nacional: “desaparecieron de la historia patria, como si por arte de magia hubieran pasado simplemente a ser mestizos y ya”.

 

De manera simultáneamente contundente y cercana, Harp narró el camino de esa lucha: desde el disco Fandangos de ébano —un homenaje a las comunidades afrodescendientes— hasta la armonización de más de 43 leyes y la inclusión de la categoría afrodescendiente en el Censo 2020. “Tuvimos que ponerle carnita a la realidad —dijo—, porque no existe lo que no está nombrado en la Constitución”. También denunció las múltiples formas de apropiación cultural que enfrentan pueblos indígenas y afrodescendientes. Contó el momento en que halló una blusa con diseños mijes vendida como diseño exclusivo en un boutique de alta moda en Los Angeles: “se me alacio el pelo; era una prenda que podría reconocer dormida”. Ese episodio detonó su impulso a promover la Ley de Protección al Patrimonio Cultural Indígena y Afromexicano, bajo una convicción clara: “la política es tan importante que no se la podemos dejar solo a los políticos; hay que entrarle desde donde estemos”.

La mesa cerró con una coincidencia fundamental: frente al avance del patriarcado, la deshumanización tecnológica, las violencias estructurales y la erosión del lazo social, es urgente reconstruir los vínculos, descolonizar el lenguaje y transformar nuestras pedagogías para sostener la vida colectiva. Las cuatro voces afirmaron que la democracia del futuro dependerá de la capacidad de imaginar y construir mundos posibles más humanos, justos y críticos.

Sigue de cerca todas las actividades del PUEDJS–UNAM en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Las presentaciones del Programa se realizarán en las siguientes fechas: “América Latina contra el neoliberalismo. Repensando la democracia en un mundo multipolar”, el lunes 1 de diciembre de 2025 a las 18:00 horas; “Más allá de la democracia neoliberal. Los horizontes del segundo piso”, el martes 2 de diciembre de 2025 a las 16:00 horas; y “El Movimiento Zapatista: 30 años construyendo otros mundos posibles”, el martes 2 de diciembre de 2025 a las 19:00 horas. Será un espacio para compartir reflexiones y abrir nuevas rutas de pensamiento colectivo.

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