Ciudad de México, 20 de noviembre de 2024.- En las últimas décadas, cada vez más países son conscientes del impacto negativo que supone la ingesta excesiva de energía y azúcar añadida, factores clave que contribuyen a la aparición de enfermedades no transmisibles —también conocidas como crónicas—, como la obesidad y la diabetes.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas enfermedades son la principal causa de mortalidad en el mundo. Cada año fallecen 41 millones de personas por obesidad, lo que equivale al 71% del total mundial de defunciones. Mientras que, en el primer trimestre del año, fallecieron más de 30 mil mexicanos a causa de diabetes mellitus.

Uno de los detonantes de esta enfermedad es el alto consumo de azúcares, que por lo general está presente en una amplia gama de alimentos como panes, pasteles, jugos, refrescos y chocolates, incluso en los que no se llega a percibir un sabor dulce. Según datos del INEGI, la proporción de individuos con consumo excesivo de azúcares añadidos aumentó del 61.9% al 89.2% en zonas urbanas y del 46% al 68% en zonas rurales; Unos de los factores viene siendo el incremento del consumo de productos procesados con exceso de azúcar añadidos.

Es por eso que se han hecho iniciativas y programas para dar visibilidad a qué contiene lo que consumimos. Por ejemplo, desde 2020 en México se implementó el etiquetado frontal en alimentos empaquetados como resultado de la modificación a la NOM-051.

De acuerdo con un estudio de la División de Insights Sensoriales y del Consumidor de Sweegen, líder mundial en tecnologías de optimización de sabor e ingredientes para el bienestar, el sello “Exceso de Azúcares” es el que tiene mayor impacto en la decisión de compra de los consumidores en el país. El estudio también encontró que el 53% de los consumidores no compraría un producto si tiene etiquetas de advertencia, mientras que un 43% no confía en el etiquetado frontal.

“Las personas tienen cuidado con los productos que tienen la etiqueta de azúcares, sin embargo, aún persiste la confusión sobre lo que son los ‘edulcorantes’ y otros ingredientes. Por esta razón, resulta crucial desarrollar alimentos y bebidas más saludables con buen sabor hechos con ingredientes de origen natural que promueven un estilo de vida sano”, comenta Sergio Borbolla, Director de Desarrollo de Negocios para Latam de Sweegen.

La clave para innovar productos más saludables

Ante este panorama, las empresas del sector alimenticio y bebidas deben cumplir con las normas y regulaciones que piden informar a los consumidores el contenido de cada producto, en especial los ingredientes que representen un riesgo para la salud si se consumen en exceso, como los azúcares, calorías, sodio, grasas, entre otros. No obstante, el consumidor al ser más consciente en lo que compra, considera que aún no hay tantos productos en el mercado que incentiven un consumo más saludable, o los que hay tienden a sacrificar su característico sabor.

En este sentido, Sweegen mantiene su compromiso por proveer soluciones a fabricantes de la industria que contienen tecnologías de vanguardia que permiten optimizar el sabor y lograr un equilibrio en la fórmula del producto para que los consumidores tengan opciones saludables y deliciosas. Su amplio portafolio integrado por Signature Stevia de marca Bestevia®, Sweetensify™ Flavors con proteínas dulces, Tastecode™ Natural Flavors, entre otras que ofrecen un dulzor de origen natural sin calorías, están marcando una alternativa para la innovación de productos más saludables.

“Cada vez se desarrollan productos con la leyenda de bajos en azúcares o calorías, ya que poco a poco se están realizando cambios desde la formulación en productos que forman parte de la dieta diaria. Esto seguirá evolucionando de acuerdo a lo que dicte el paladar del consumidor, pues es quien decide si es mejor o no”, complementa Sergio Borbolla.

Si bien existen estas alternativas que las grandes compañías están adoptando, es un trabajo continuo el incentivar una alimentación saludable y consciente a nivel mundial. Ya sea revisando el etiquetado o reduciendo la ingesta de ingredientes no beneficiosos para la salud para evitar enfermedades y vivir una vida más saludable.

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