ROCIO, así como te sientes, me siento yo y seguro muchos millones de mexicanos que ayer, enfiestados y eufóricos nos levantamos muy temprano con la esperanza y el optimismo desbordados, para mandar a su quinta en Tabasco al viejo perverso que despacha, vive y maquina desde Palacio Nacional.
Me levanté casi de madrugada, para ser el primero o de los primeros en votar, y luego comer una paella acompañada de un buen vino tinto español. Fui el segundo en pasar a la casilla. Eran las 8.25 de la mañana y tras de mi había no menos de cien personas, unas conocidas y otras era la primera vez que los veía. Pero todas, todas (me lo dijeron) iban a votar para botar al tirano. Había gente joven, madura, pero también de la tercera edad.
Ros fue representante de partido en una y tú, Rocío, en otra. Había en el semblante de los miles de votantes, una especie de esperanza que, sin decirla, se adivinaba. Era una especie de alegría y esperanza de que la democracia estaba ahí, en cada uno de nosotros, de acabar con la farsa, la burla y la alegoría cotidiana alentando el odio entre los propios mexicanos.
Hoy, después de que tanto y tanto el grupo de “científicos” al servicio del INE analizó boletas y hacía el conteo rápido, la presidenta del INE dio a conocerlo casi a las 12 de la noche; no te miento si te digo que me quedé paralizado por el asombro y las preguntas. ¡¿Qué pasó?!
La mañana y parte del día de ayer domingo fueron de maravillosa alegría. Una especie de picnic de pavimento, donde daba gusto ver largas filas de ciudadanos afuera de cada casilla. Como nunca yo lo había visto. ¡Y, vaya, tengo ¡60 años como periodista!
Hoy, después de horas de espera la señora TADEI, o como se apellide, con todo respeto, estamos paralizados por el asombro, el pasmo, la duda, la rabia y el cúmulo de preguntas que nos hacemos para respondernos qué pasó.
Hay en cada uno de los millones de mexicanos que ayer con alegría y fiesta votamos para mandar al carajo un régimen que nos tiene hasta la madre con sus mentiras, las burlas y descalificaciones, hay en nosotros un conflicto de sentimientos que van desde la tristeza, el desconsuelo, la rabia y el asombro, preguntándonos qué pasó. ¿Cómo pudo haber “arrasado” en donde ya tenían perdida la pelea? Por ejemplo, Ciudad de México, Morelos, Veracruz, Yucatán. Por citar algunos, donde MORENA nada tenía qué hacer. La señora TADEI nos “informaba” a media noche que, pues no, que los “científicos” del análisis de números y la información decían en su “sesudo” análisis que las cosas eran como ellos la veían.
El día de fiesta en que millones se volcaron en las urnas con la esperanza de dar un puntapié al mesías y mandarlo a su rancho –La Chingada-, se tornó en una pesadilla nocturna en donde las preguntas le robaron horas al sueño queriendo saber qué había ocurrido. Fue una noche tenebrosa en la que todos los que habíamos votado por un México en paz y hermanado, pasó a la vigilia inquietante. Se tornó en noche tenebrosa en la que resulta que la mayor parte de esos votos emitidos en un ambiente de fiesta y euforia, se volvieron a favor y le dieron al mesías y a su banda un triunfo espectacular.
De manera grosera, MORENA, el mesías, arrasó. XÓCHITL perdió y luego reconoció. TABOADA perdió y reconoció. Los “líderes” de los partidos opositores reconocieron su “derrota”. Todos dijeron “está bien”, lo reconocemos. Los candidatos perdedores, todos, y los partidos perdedores, todos, dijeron estar de acuerdo con los resultados. A ver, a ver, Eso ya huele mal.
Con anticipación el mesías y su ahora sucesora, nos mandaron mensajes previos y nunca quisimos interpretarlos., Doña CLAUDIA dijo que los debates y las elecciones eran cosa de mero ”trámite”. El mesías dijo unos días antes de la elección, que era una especie consulta y referéndum, como advirtiéndole a sus adversarios y a los Estados Unidos que la elección iba por ahí, para que lo dejaran de andar chingando. Y todo ocurrió como él quería. El referéndum fue a su favor, puede presumir.
“Arrasó”.
Bueno, hasta en Veracruz, donde la señora ROCÍO NAHLE la tenía muy perdida. Y en Morelos, donde CUAUHTÉMOC BLANCO, sumió a la entidad en una especie de mesa de billar donde jugaban también los cárteles de la violencia, ganó MORENA, triunfó doña MARGARITA GONZÁLEZ, dueña del balneario y hotel Las Estacas, donde don ANDRES MANUEL acostumbraba, o acostumbra, pasar horas de los fines de semana gozando de la discreción y la tranquilidad del paisaje.
Hoy, los medios, TODOS, llámense impresos, radiofónicos, digitales, entrevistan, dedican mucho espacio a los triunfadores, casi todos ellos de MORENA. Nadie cuestiona. Algo me dice que fueron convenidos.
Todos están de acuerdo. Todos aplauden. Todos entrevistan a los triunfadores y ninguno de los perdedores quiere hablar.
No puedo, sinceramente, creer en los números de esta “democracia”. Algo pasó. ¿Dónde se quedaron los millones de votos que, como en un día de fiesta y algarabía, se depositaron en las urnas transparentes celebrando el cambio? Que no nos vengan a decir que los votos, eran porque siguiera la “bendición” de la CUARTA TRANSFORMACIÓN. A OTRO PERRO CON ESE HUESO.
Los que como yo se sienten ofendidos, burlados y engañados, los que ayer votamos con alegría y euforia haciendo de la democracia una fiesta callejera, no somos tan p…como para tragarnos esta farsa.
Esto no acaba aquí. Seguro.