El COVID-19 sigue siendo una amenaza importante y la Organización Mundial de la Salud, OMS, hace un llamado a mantener la vigilancia y alerta temprana, así como, las medidas de protección establecidas.
La inmunización es un componente esencial de la atención primaria de salud, un derecho humano incuestionable y una de las mejores inversiones económicas en este campo. Es de recalcar que, el proceso de inmunización es necesario para prevenir y controlar enfermedades infecciosas, y un aporte para alcanzar la seguridad sanitaria mundial.
Buenos Aires, Argentina a 19 de abril de 2024.- Del 20 al 27 de abril, la Organización Panamericana de la Salud, OPS, junto con los países y territorios de la Región de las Américas y sus socios, celebra la 22ª Semana de Vacunación en las Américas, SVA, y la 13ª Semana Mundial de Inmunización con el llamado a la acción Actúa ahora para proteger tu futuro.[3] Esta conmemoración anual se da con el objetivo de tomar conciencia sobre la importancia de la inmunización, catalogada como un logro ejemplar de la salud y el desarrollo a escala mundial que salva millones de vidas cada año.
Es primordial, entender que la inmunización previene enfermedades, discapacidades y defunciones por enfermedades prevenibles por la vacunación; es el caso del coronavirus o COVID-19, una enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2, que se caracteriza porque su propagación puede darse desde la boca o nariz de una persona infectada en pequeñas partículas líquidas cuando tose, estornuda, habla, canta o respira. Aunque, la mayoría de las personas infectadas por el virus experimentarán una enfermedad respiratoria leve o moderada, algunas personas -quienes padecen enfermedades subyacentes, como enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas o cáncer-, tienen más probabilidades de desarrollar complicaciones que requieren atención médica.
“Desde su aparición el 30 de diciembre de 2019 en Wuhan, China, el virus SARS-CoV-2 dejó un devastador rastro a nivel mundial, con 774 millones de casos y 7 millones de fallecimientos registrados hasta febrero de este año. Las Américas fueron duramente golpeadas, representando el 25% del total de casos y el 43% de todas las muertes, situándose como la región con mayor número de defunciones por COVID-19 a nivel mundial”, así lo determinó la Organización Panamericana de la Salud.
Pese a que, en mayo del año pasado, la misma entidad declaró el fin del COVID-19, como una emergencia de salud pública de importancia internacional, es necesario mantener los cuidados pertinentes, pues las infecciones siguen ocurriendo, con más de medio millón de casos reportados a nivel mundial para inicios de este año.
La doctora Graciela Morales, líder de Asuntos Científicos y Médicos de Mercados Emergentes para Vacunas de Pfizer, advierte sobre la necesidad de “adoptar un enfoque proactivo para prevenir, proteger y lograr un manejo adecuado de esta enfermedad, especialmente por el rápido cambio del virus y la aparición de variantes. Pfizer sigue comprometido a seguir la ciencia para mantenerse alerta contra el virus y las variantes emergentes, seguimos trabajando para generar potencialmente respuestas inmunitarias más sólidas, duraderas y más amplias que ayuden a combatir el COVID-19”.
No debemos olvidar los aprendizajes que dejó la reciente pandemia, de este modo, es fundamental seguir fortalecido los sistemas de detección de virus circulantes, registros de vigilancia y estar al día con los protocolos y guías clínicas de atención. Pensar en protegerse a sí mismo y a los demás, es un acto de responsabilidad y compromiso con la salud y el bienestar.
Tenga en cuenta las siguientes recomendaciones para contribuir en la contención del aumento en la transmisión de los virus respiratorios:7
Tener todo el esquema de vacunación al día, especialmente los grupos poblaciones con alto riesgo, como población mayor de 18 años con comorbilidades, talento humano en salud, niños y niñas de 6 a 23 meses, gestantes, y personas mayores de 60 años.
Ante cualquier síntoma respiratorio se deben adoptar medidas de autocuidado y cuidado hacia los demás, como el uso de mascarillas, lavado frecuente de manos, el distanciamiento físico, y quedarse en casa, contribuyen significativamente a limitar la transmisión de virus respiratorios; la combinación de la inmunización y prácticas preventivas personales es crucial para proteger a la población y frenar la propagación de estas enfermedades.
Ante síntomas graves de infección respiratoria aguda por algún virus respiratorio, se aconseja buscar atención médica de inmediato y recibir terapia de manejo, en especial entre aquellos grupos de mayor riesgo, como niños menores de dos años y adultos mayores, mujeres embarazadas o en posparto; personas con morbilidad clínica subyacente (por ejemplo, enfermedad pulmonar crónica, asma, enfermedades cardiovasculares, enfermedad renal crónica, enfermedad hepática crónica, diabetes mellitus, afecciones neurológicas como lesiones del sistema nervioso central y retraso del desarrollo cognitivo; personas con inmunosupresión; y personas con obesidad mórbida.
Consulta de información de fuentes confiables. La población debe mantenerse atenta y adherirse a todas las recomendaciones que se generen, teniendo como referentes paginas oficiales de la Organización Panamericana de la Salud, PAHO, o entidades autorizadas en salud que están en constantemente monitoreo de los cambios epidemiológicos y tendencias de circulación de virus respiratorios, como influenza, VSR, COVID-19 y otros; es importante evitar confusiones y fomentar una comunicación efectiva para combatir la propagación de enfermedades respiratorias.