Una estrategia de beneficios que incluya prestaciones superiores a las de ley, con incentivos personalizados que complementen a los económicos, motiva y refuerza el compromiso de colaboradores con la empresa, además de funcionar para atraer y retener talento: Rankmi.
CDMX a 27 de diciembre de 2022. “Las estrategias empresariales enfocadas en impulsar integralmente el bienestar financiero y emocional de los colaboradores, han probado ser muy efectivas y exitosas, sobre todo en aquellas empresas en las cuales la productividad, competitividad y mejora continua dependen del desempeño de su capital humano. Ante este propósito, no hay duda de que la mejor manera de implementar y darles seguimiento es con la ayuda de tecnología especializada”, afirma Felipe Cuadra, experto en temas organizacionales y cofundador de Rankmi, plataforma líder en gestión de personas.
Adicional al salario monetario, los incentivos laborales no económicos o ‘salario emocional’ ayudan a mejorar la calidad de vida y motivación de los colaboradores, ya que cubren necesidades diversas como su aspiración a capacitarse y desarrollarse, el bienestar físico y emocional, además de apoyar en la conciliación trabajo-familia.
En México, el aguinaldo, vacaciones y prima vacacional son obligatorias, -exista o no contrato laboral- y forman parte del paquete de prestaciones básicas que por ley se obtienen cuando una persona se vincula laboralmente con una organización, pero cada empresa puede ofrecer una cantidad superior a la mínima y añadir tantos beneficios como desee, ya sea para competir, seleccionar y retener talento, o idealmente como parte de su cultura laboral, y es el punto de partida de las estrategias de beneficios para los colaboradores.
Las prestaciones mínimas laborales en México, reguladas por la Ley Federal del Trabajo (LFT) son: Seguro Social, Infonavit, Afore, vacaciones, prima vacacional, día de descanso semanal, aguinaldo, reparto de utilidades, prima dominical, prima de antigüedad, incapacidad por maternidad, licencia de paternidad, licencia por adopción, periodo de lactancia, finiquito laboral y liquidación.
Entre los ejemplos de prestaciones superiores a las de ley destacan: mayor número de días de vacaciones y de aguinaldo; pagos de comisiones, bonos de productividad o por puntualidad; seguro de gastos médicos mayores y de vida; vales de despensa y gasolina; fondo o caja de ahorro, ayuda para transporte, becas o capacitaciones para colaboradores o sus familiares; apoyos para útiles escolares, guardería y otros descuentos.
“Esta ampliación de beneficios laborales se complementa con el ‘salario emocional’, cuyo objetivo es mejorar la experiencia del colaborador a lo largo de su viaje dentro de la organización, desde su selección, contratación, evaluación de su desempeño y hasta su retiro, para aumentar su motivación y compromiso con la organización y sus metas, ya que está ampliamente reconocido que la productividad está directamente relacionada con la satisfacción y el clima laborals” explica Felipe Cuadra.
“De acuerdo con la experiencia y estudios de Rankmi, el desánimo laboral y el ‘burn out’ se relacionan fundamentalmente con la falta de equilibrio entre la vida profesional y la personal, o por climas laborales deficientes, y para hacerle frente a este tipo de anomalías, es importante contar con una estrategia para escuchar a las personas , que incluya evaluaciones constantes y encuestas de clima laboral que, en el caso de contar con el respaldo de una plataforma de manejo de capital humano, se pueden efectuar fácilmente de manera digital y en tiempo real, con resultados muy precisos”, explica Felipe Cuadra.
Entre los beneficios y metas que obtienen al implementar una política de beneficios laborales, destacan: alineación de los incentivos a los empleados con los objetivos de la organización; la creación de un paquete de compensación con mayor competitividad en el mercado laboral; mejorar el rendimiento y la productividad individual de los colaboradores; aumentar productividad general de toda la planta laboral; ofrecer reconocimientos y retribuir las contribuciones de los colaboradores; impulsar el sentido de pertenencia y el trabajo en equipo; reducir la rotación así como aumentar la retención, y finalmente para lograr una composición salarial balanceada de la nómina.
Debido a la complejidad que implica procesar los datos para diseñar, implementar y medir una estrategia de beneficios, la manera eficiente y efectiva para lograrlo es implementando tecnología digital especializada de última generación, diseñada específicamente para acompañar procesos organizacionales.
Es importante señalar que cualquier política de beneficios e incentivos laborales debe contar objetivos reales y medibles para que la organización pueda evaluar tanto el desempeño del personal como el efecto que tienen los beneficios con que se recompensa su esfuerzo y la evolución de los resultados.
“Una estrategia de beneficios, que incluya prestaciones superiores a las de ley, con incentivos laborales personalizados que complementen a los económicos, además de motivar a los equipos humanos a largo plazo y reforzar su compromiso con la empresa, funcionará como una gran ventaja competitiva para atraer y retener talento, por ello es una tendencia a la que cada día se suman más empresas que comprueban sus beneficios que se traducen en mejoras en el clima laboral y su consecuente aumento en la productividad y competitividad”, concluye Felipe Cuadra.