¿Eres joven? Entonces probablemente eres más sensible al dolor agudo De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de las Illes Balears y la Universidad de Luxemburgo, a diferencia de las personas mayores, los jóvenes son más sensibles al dolor agudo.

En México, el dolor lumbar es una de las tres primeras causas más comunes de consulta entre adultos jóvenes de entre 25 y 45 años.

Ciudad de México, 21 de octubre de 2021. –  Es muy común conocer a personas que nos doblan la edad, incluso famosos, que no sólo se ven mucho más jóvenes, sino que pareciera que nada les duele. En cambio, hay quienes tienen menos edad y se perciben las molestias de manera más intensa. ¿Por qué ocurre esto? De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de las Illes Balears y la Universidad de Luxemburgo, cada persona percibe el dolor de forma diferente y esta percepción (duración, intensidad, localización y efecto del dolor) también es distinta según la etapa de la vida y cambia de acuerdo con la edad. Aunque podría pensarse que la percepción del dolor empeora con la edad, este estudio reveló que los jóvenes son más sensibles al dolor agudo, lo que impacta en su calidad de vida.

Así, en comparación con los adultos jóvenes, las personas mayores responden al dolor tardíamente debido a que su sistema de detección demora en activarse e, incluso, necesitan una estimulación más intensa para que sea percibida como dolorosa, lo que podría ayudar a aclarar por qué las personas mayores son más vulnerables al dolor crónico y los jóvenes al dolor agudo. Aunado a esto, investigaciones anteriores han mostrado que los umbrales del dolor aumentan con la edad. Es decir, mientras los jóvenes sienten e identifican el dolor como una molestia inmediata, es complicado que un adulto mayor sepa qué tan grave puede ser una lesión, debido a que el malestar no le incomoda.

Asimismo, la localización del dolor es diferente y varía según la edad. Por ejemplo, los dolores en cabeza, cuello y tórax-espalda son mucho más frecuentes entre personas jóvenes; mientras que los dolores de pelvis, extremidades inferiores y superiores son más comunes en personas mayores. En relación con esto, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, en México el dolor lumbar (parte baja de la espalda) es una de las tres primeras causas más comunes de consulta entre personas de entre 25 y 45 años de edad, principalmente por malas posturas, cargar objetos pesados y sedentarismo., Sin embargo, también son usuales los dolores que surgen por movimientos repetitivos del día a día, como practicar algún deporte, el uso constante del teclado de la computadora o celulares, tocar algún instrumento o, incluso, jugar videojuegos; ya que las articulaciones del cuerpo no tienen suficiente tiempo para recuperarse y, como consecuencia, se irritan e inflaman

Un ejemplo claro de estos malestares son los ocasionados por tener mala postura al sentarse o por usar constantemente el celular, como dolores de rodilla, hombro y cuello que, si se vuelven crónicos, pueden causar problemas de equilibrio y caídas. Cuando son agudos y de leve a moderados, una buena alternativa son los medicamentos de venta libre (OTC, por sus siglas en inglés), como los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), que ayudan a controlar el malestar cuando éste aumenta su intensidad, ya que tienen un efecto analgésico y también reducen la inflamación, lo cual tiene un doble beneficio. Ejemplo de ellos son los que tienen como sustancia activa naproxeno sódico, como Flanax®, el cual es eficaz para desinflamar y aliviar el dolor.

Adicionalmente, se recomienda prevenir estos malestares haciendo consciente la cantidad de veces que se realiza un movimiento repetitivo y reducirlo o evitarlo, mejorando las posturas al usar algún dispositivo electrónico, y descansando de vez en cuando o haciendo una pausa cada 30 minutos. En cuanto a la rutina de ejercicio, es fundamental calentar y estirar el cuerpo antes y después de realizar cualquier deporte. También se pueden utilizar protectores como rodilleras y bandas acolchonadas para la muñeca; asimismo, se debe alternar la rutina con otras prácticas como correr, hacer bicicleta o nadar.