Soy Orgullosamente ChiapanecaYolanda Alfaro de Muguira.

Nací en Tapachula de Córdova y Ordoñez, en Chiapas. Soy una mujer  empresaria. A muy corta edad, me fui a vivir a Huixtla Chiapas, lugar donde me crié con mi familia. Desde joven me interese por ayudar a los demás, actitud, pasión y  sentimiento, que tengo desde mi infancia.

Soy de principios y valores que me inculcaron en el hogar y no los cambio por nada.

Soy enemiga de las injusticias, los abusos, los maltratos físicos, mentales y verbales.

En mi juventud, conocí a un hombre del Soconusco y me case con El, Manuel Muguira Ruiz. Con mi esposo, al que recuerdo por su tenacidad, trabajo y visión, vivimos y trabajamos en una finca, ubicada en el Soconusco. En ese lugar  empecé a conocer las situaciones que pasan los migrantes, al no vivir en sus países. A partir de ese entonces yo apoyaba a estas personas, que formaban parte de nuestra  vida diaria. Descubrí que  las más necesitadas eran las mujeres, mi trabajo se fue convirtiendo poco a poco en ser la persona que  les ayudaba a resolver sus problemas, desde enfermedades hasta la violencia intrafamiliar.

Desde el inicio de mi juventud, he sido altruista y este es una energía que llevo en mi interior siempre. Debido a mi naturaleza por defender los derechos de los trabajadores migrantes existieron cambios en nuestras vidas, decidimos que sería mejor independizarnos y hacer las cosas por nuestra cuenta, decisión que nos permitió seguir ayudando a las personas.

Fue así como emprendimos él y yo la aventura de convertirnos en empresarios exportadores de café, así llegamos a vivir a la  ciudad de Tapachula y posteriormente a México D.F.

Con trabajo y éxito, vivimos los siguientes años hasta que mi marido murió lamentablemente en un accidente, fue entonces donde se me presentó un cambio más en la vida, y tomé la decisión de regresar a vivir a Chiapas.

Con Manolo, tuve dos hijos, que hoy son mayores de edad, a quiénes amo y por quienes trabajo. Soy padre y madre, amiga y confidente de ellos. En ese entonces, estando ya  viuda con dos hijos pequeños tomé la decisión de ir a radicar en los Estados Unidos. Llegué a vivir a Seattle Washington, donde pude encontrar un hogar al lado de mis hermanas quienes ya vivían ahí; en esa ciudad crié a mis hijos como padre y madre, de tal manera, que ellos hasta el día de hoy, me festejan el día de la madre y el día del padre porque afirman que eso he sido para ellos.

Durante 13 años como mexicana migrante, me volví sensible a los padecimientos y problemas de quienes no viven en su lugar de nacimiento, conocí la problemática existente entre el vínculo con tu país y todos los bienes que dejas atrás cuando vives lejos, viví en carne propia el sufrimiento y las condiciones difíciles que se viven al tratar de regresar a casa y querer realizar trámites burocráticos para recuperar lo que por derecho es propio. Experimenté en vida propia, que cuando uno sale de su tierra y se va a vivir al extranjero pierde su identidad como Chiapaneco,  desde lo más práctico como una identificación, hasta lo más subjetivo como extrañar la comida, los colores, los olores. Ayudé y apoyé a mujeres migrantes a emprender negocios que hoy son realmente valiosos; tuve una tienda de artículos mexicanos, y comida en donde mis principales proveedores eran  mujeres que estaban en la misma condición que yo, y nos apoyábamos unas a otras, y compartíamos, nuestra lengua, nuestras raíces.

Ahí crecieron mis dos hijos y aprendí a que quienes estamos fuera de nuestro país necesitamos ser ayudados y escuchados por los que están aquí, los que se quedan necesitan tener un vínculo con quienes se van, esto es necesario, vital e importante. Solo quien vive fuera de su patria y experimenta diversas acciones y actitudes de las personas que no son del  mismo país pueden coincidir y entender esta imperiosa necesidad.

Soy fruto de la cultura del esfuerzo, no heredé fortunas, he trabajado desde adolescente por mi hogar, por un mejor estado, por condiciones dignas y equitativas para todos y para todas. Creo en Dios, y mis principios están basados en la familia, el respeto, los valores humanos, la dignidad, la equidad y el trato justo laboral.

Hace seis años, regresé a Chiapas como emprendedora y empresaria, mis hijos siguen viviendo en el extranjero, busco día a día no perder ese amor. La comunicación con ellos es permanente, diaria, y constante, pese a que ambos son muy trabajadores y hacen sus propias vidas independientes como se acostumbra hoy en día y principalmente en los Estados Unidos.

Actualmente vivo en Tuxtla Gutiérrez con mi madre, adulta mayor de 80 años, a la que amo, y quien siempre ha sido mi compañera, mi sostén moral y mi mejor amiga; ella desde la muerte de mi marido siempre ha estado junto a mí. Mi madre, es huixtleca, es sociable, tenaz y alegre. Mis hijos y mi familia son quienes siempre hacen que yo no pierda la sensatez, y que mantenga los “pies en la tierra”.

Ellos son también los promotores y mis guías en la realidad que ha sido mi vida: el altruismo y el apoyo a los demás, a los más necesitados, a esa gente vulnerable que requiere de ayuda.

En los últimos años de mi vida me he dedicado al altruismo auxiliando a las personas desde el voluntariado de la Cruz Roja Mexicana, como Coordinadora del Voluntariado Estatal, al lado de mujeres, incansables guerreras, que están en la misma sintonía para llevar a cabo nuestra misión. Así también, presidí por más de 2 años y medio la Fundación “Una Mano Una Esperanza A.C.”, que ayuda a niñas y niños con cáncer, estas han sido experiencias impactantes, maravillosas y tristes.

He trabajado con albergues en donde apoyamos a migrantes y a gente en situación vulnerable, indigente y necesitada de un techo, de alimentos y ropa.

He sido activista social abogando por los derechos humanos de las mujeres, niños y niñas, jóvenes, adultos mayores y de aquellos que están en situaciones de inestabilidad en su vida, esto es un trabajo permanente de 24 horas, siempre tengo el teléfono encendido dispuesta a buscar soluciones a problemas que se presenten a las personas, de sus familiares y con esto apoyarlos por ejemplo en los tramites que tienen que realizar para ingresar, permanecer y trasladarse a sus lugares de origen, esta es una labor que la seguiré haciendo, luchando por los derechos de todos los chiapanecos y chiapanecas que radican al otro lado de la frontera norte y en diversas partes del mundo y que requieran mi apoyo como Diputada.

YO quiero ser TÚ Diputada Migrante, porque confío con certeza que desde la trinchera del Congreso del Estado de Chiapas, puedo hacer mucho por las familias de los paisanos que viven en el extranjero, a quienes conozco y comprendo por compartir sus problemas y necesidades. Se creará una línea 01 - 800 con la cual estaré contestando personalmente para NO perder comunicación contigo y así lograr la credibilidad en el trabajo que busco emprender.

YO quiero ser Tú Diputada gestora de acciones en beneficio de las familias de los migrantes chiapanecos, mi objetivo es hacer valiosa la diputación 41. Se gestionarán programas con la finalidad de generar un enlace y brindar asistencia, esto sin buscar fines lucrativos o comerciales.

Mi reto e ilusión, es triunfar ayudando, porque sé, que ayudar ayuda y contribuye de gran manera a nuestros hermanos y hermanas radicados en el extranjero. Hay mucho por hacer y muchos proyectos de los cuales TÚ serás parte….Porque tu migrante lo mereces, YA es Momento de Mover a Chiapas en el extranjero!