Rogelio Aguilar Cruz.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 19 de junio de 2020 (muralchiapas.com).- Mucho tiempo se le criticó a AMLO su falta de pragmatismo para la operación política. Y no llegó las primeras dos ocasiones por eso, entre otros factores. En 2018, la situación cambió.
Tuvo a Romo, a Monreal, a Salinas y al propio Slim, suavizando con el empresariado. Por el lado de los partidos políticos, desfondó al PRD, Barbosa y Padierna orquestaron y a estos se sumaron muchos más.
Antes de hablar del PVEM, Manuel Velasco fue quien desde mucho tiempo atrás, mantuvo las relaciones necesarias para tender puentes con actores políticos claves y acciones concertadas, para el tabasqueño.
Manuel Velasco y AMLO, son políticos que les gusta el poder y lo entienden bien. Eso queda claro con las alianzas que han establecido. Ahora bien, en el caso del PVEM, Manuel Velasco desde la gobernatura se convirtió en una clase de dirigente alterno de la dirigencia nacional y se movía con poder y con mucho dinero.
Apoyaba a los ajonjolís de todos los moles y eso hizo que fuera fortaleciendo su capital político y económico. La candidatura de AMLO y su periodo de salida de la gobernatura de MAVECO, fue el momento para "plancharle" candidatos y abrirle la puerta con gobernadores, ante la inminente llegada del tabasqueño al poder.
Se dice que fue el mediador entre Peña Nieto y AMLO. Manuel Velasco accedió y entregó su capital político a AMLO en Chiapas, con el candidato de su preferencia a la Gobernatura, no quiso a ERA.
Por eso, AMLO llegó con los votos de todos esos ajonjolís: morenos, petistas, verdistas, oficialistas, Beltronistas, Socialistas, Elbistas, Napistas, priístas disidentes, y los que ustedes gusten sumarles.
Bueno, en resumen, Andrés Manuel va por todas las canicas de nuevo, quiere mayoría en las Cámaras y en el territorio: mayoría que significa morenos, rojos del trabajo y verdes atucanados. Ahh y los que sigan obteniendo dividendos de esos moles.
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