Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 16 de octubre de 2019 (muralchiapas.com).- Los habitantes del estado de Chiapas, son las personas que más compran y consumen la bebida Coca-Cola en la República Mexicana… y en todo el mundo.
De acuerdo a una investigación del doctor en antropología social, Jaime Page Pliego, resalta que Chiapas es la región del planeta donde más se consume la Coca-Cola.
Con base al estudio: “Somos lo que bebemos: impacto de las bebidas azucaradas en los pueblos originarios de Chiapas”, el integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Conacyt, expone que en promedio, cada persona de la entidad sureña consume 821.25 litros por año; situación que se relaciona con la alta prevalencia de diabetes mellitus en la región, que en la última década ha sido la principal causa de muerte.
El también médico cirujano, destaca que el aumento del consumo de refrescos en la región sur de México fue ocasionado, en parte, por una modificación de la vida social y religiosa de sus pobladores.
“Debido a los efectos nocivos que el consumo excesivo de alcohol provocó en la comunidad, los líderes religiosos tradicionales comenzaron a sustituir el aguardiente de caña (pox) por refrescos, estableciendo concesiones con la Compañía Coca-Cola o PepsiCo que estaban incursionando en los mercados indígenas durante la década de 1980”, refiere el análisis publicado en el portal del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
El estudio de Page Pliego, expone la coincidencia con lo publicado por June Nash en la revista Cultural Anthropology en 2008, respecto a este cambio. “Durante sus prácticas rituales los j-iloletik (en tsotsil), que significa quienes pueden ver y escuchar, utilizaban el olor dulce del pox como elemento importante para “nutrir” a sus deidades. Hoy en día el pox es utilizado exclusivamente para confundir al demonio, mientras que el refresco se incorporó como “nutrimento de la deidad celestial” y se ha convertido en uno de los elementos centrales de los rituales u ofrendas llevadas a cabo por la población tzotzil en el templo de San Juan Chamula”.
Un motivo más de la prevalencia del consumo de las bebidas carbonatadas y azucaradas, relata el artículo publicado en la Revista Medicina Social en 2019, son: una laxa legislación hacia las empresas refresqueras, campañas de mercadotecnia en lenguas locales y la poca accesibilidad de agua potable de calidad y en cantidad suficiente para los habitantes.
En el estudio, Alejandro Calvillo, director del Poder del Consumidor, declaró que la compra de producto ha provocado que las familias chiapanecas, “destinen el mayor porcentaje de su ingreso en alimentos y bebidas no alcohólicas (38.4 por ciento), de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Gasto (Engasto) 2012”.
Asimismo, Xaviera Cabada, coordinadora de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor, expuso que cuando una persona adulta bebe cuatro botellas de 600 mililitros de este refresco, este ingiere una cantidad equivalente a 50 cucharadas cafeteras de azúcar de 5 gramos cada una, es decir, consume más del 500 por ciento de la ingesta diaria de azucares recomendada.
Además, un análisis de la Facultad de Ciencias de la Nutrición y alimentos, de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), concluye que el pozol, bebida que contiene una gran cantidad de microrganismos benéficos, cuenta con un alto porcentaje de proteína, grasa vegetal y carbohidratos, considerándose un producto de alta calidad nutricional, en comparación con otras bebidas industrializadas. Mientras que los refrescos empiezan a provocar efectos adversos a la salud desde las dos primeras semanas de tomarlos diariamente en una cantidad de 355 ml en tres comidas.
***