Los más pequeños de la comunidad universitaria recorren edificios de la Universidad
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; noviembre 02 de 2017. - Maquillaje, colores, risas y dulces fueron los ingredientes que se combinaron en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Chiapas, para que los infantes que son atendidos en la estancia infantil de esta casa de estudios, participaran de la tradicional pedida de calabacita.
Al escuchar el clásico cantico de "somos angelitos del cielo bajamos, pidiendo calabaza para que comamos ¡Calabacita tía!", la presidenta del Voluntariado de la UNACH, María del Carmen Elizondo Zenteno y las demás damas voluntarias, se aprestaron a la repartición de las golosinas a los niños y sus padres que realizaron el recorrido dentro de las instalaciones de rectoría.
Luego de entregar esta pequeña, pero significativa muestra de aprecio a los integrantes más pequeños de la familia universitaria, Elizondo Zenteno expresó el compromiso del Voluntariado por sumarse a las tareas encaminadas a la atención de la comunidad universitaria, impulsando la armonía y la sana convivencia.
De esta manera, los pasillos de este inmueble lucían abarrotados por fantasmas, catrinas, gatos negros, vampiros e incluso superhéroes, quienes recorrieron cada una de las oficinas que se encuentran en el edificio y también en otras instalaciones del Campus I de la Máxima Casa de Estudios de los chiapanecos.
Facultades como la de Ingeniería, Contaduría, el edificio de Recursos Humanos y la Tienda UNACH, fueron visitados también por las decenas de seres que con gran alegría daban las gracias a los trabajadores universitarios a la voz de “Que viva la tía”.
