Por Ben Monterroso, Director Ejecutivo de Mi Familia Vota
Esta semana tenemos que observar las repercusiones que la Reforma Tributaria impulsada por la Administración Federal traerá consigo para la mayoría de las familias estadounidenses, afectando en gran parte a las familias latinas. Trump y los Republicanos en el Congreso pusieron toda su energía en lograr un drástico recorte de impuestos que beneficia, sobre todo, a las empresas y a los contribuyentes más ricos, el famoso “1%” del país.
Es importante que entendamos qué significa realmente esta Reforma, para que entonces podamos actuar en consecuencia, cabe señalar que ésta se impulsó para reducir en el corto plazo los impuestos tanto para contribuyentes individuales como para las grandes empresas; sin embargo, a largo plazo las empresas y contribuyentes con mayor ingreso pagarán menos impuestos, mientras que los contribuyentes de clase media y baja verán una alza en sus impuestos, a la vez que saldrán afectados en múltiples apoyos de salud, jubilación y seguridad social.
La estructura básica del plan consiste en reducir de siete a tres las franjas del impuesto a la renta. Esas franjas ahora serán gravadas en 12%, 25% y 35%. Ello significa que los que más ganan podrán pagar menos de lo que actualmente pagan.
A su vez, con la Reforma tributaria se baja la tasa de impuestos corporativa de 35% a 20%, lo que representa una reducción del impuesto sobre la renta a la mayoría de los grupos impositivos, buscando con ello la eliminación de agujeros fiscales.
Es así que una vez más uno de los sectores más afectados por estas modificaciones será el de la comunidad latina ya que, por ejemplo, esta reforma fiscal se centra en el aspecto de la salud. El programa Medicaid podría verse recortado en un 47% para 2027, suponiendo un riesgo para los beneficiarios de cobertura total, por lo que se estima que podrían salir afectados 7.4 millones de adultos latinos y 12.2 millones de niños latinos que dependen del Medicaid para su cobertura de atención médica.
Por otra parte, la Reforma fiscal que los Republicanos impulsaron supone un riesgo para reclamar el “Crédito Tributario por Hijo (CTC)” y el “Crédito Tributario Adicional por Hijo (ACTC)”, pues con las nuevas medidas actualmente para declarar impuestos se necesita contar con un número válido de Seguro Social y no el Número de Identificación Personal del Contribuyente (ITIN), usado por miles de inmigrantes indocumentados.
Cabe señalar que, en 2015, el CTC ayudó a sacar a aproximadamente 981,000 latinos de la pobreza, incluidos 560,000 niños latinos. La reforma fiscal acabará con esta tendencia positiva para los latinos.
Por si esto fuera poco, un estimado de 11.7 millones de familias latinas que ganan menos de $75,000 verían un aumento de impuestos para 2027; además el 90% de las empresas latinas en realidad no recibirán ningún beneficio de las reducciones de impuestos corporativos con la Reforma tributaria. En cambio, los impuestos para más de 1.5 millones de negocios propiedad de latinos aumentarán en 2023.
Sin duda, la “Reforma tributaria no es más que el cumplimiento de una promesa de campaña para lograr que los ricos paguen menos impuestos. Es momento de frenar esto y exigir el mismo trato y los mismos derechos. La comunidad latina tiene que activarse, registrarse y salir a votar. Nuestro voto hará la diferencia para un trato más equitativo hacia nuestra comunidad y hacia nuestros bolsillos.