El Verde y Velasco compran con dádivas el voto de Chiapas; es un descaro: oposición Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 17 de julio (Sin Embargo). – Eran casi las diez de la noche del pasado miércoles 8 de julio cuando una grúa de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Chiapas llegó a la calle 16 de Septiembre de la colonia Bienestar Social para arrastrar un viejo Volkswagen rojo cargado con lonas, camisetas y gorras del Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Los artículos publicitarios ocupaban casi todo el espacio del asiento trasero; enfrente, colgando del tubo del espejo retrovisor, estaba el tarjetón de acceso a la “pensión oficial” del Ayuntamiento porque el vehículo era conducido por un empleado de la Coordinación General de Política Fiscal del Gobierno de este municipio, emanado de una coalición entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Verde.

El hecho probablemente delictivo fue descubierto por casualidad por Francisco Rojas, un médico candidato del Partido Acción Nacional(PAN) a la Alcaldía y que esa tarde, narró en entrevista, recorría el suroriente de Tuxtla y, sobre la citada arteria, notó de pronto un grupo de mujeres frente a una casa cuya puerta fue cerrada a toda prisa. Enfrente, dijo, estaba el automóvil con la identificación del Gobierno municipal y atiborrado con la propaganda partidista.

“Es una elección de Estado. He sido candidato en tres campañas, pero nunca había visto esto. Es un descaro”, dice Rojas.

La oposición de Chiapas no es la única que ha observado que el Partido Verde desplegó aquí, el estado con la mayor cantidad de pobres del país, una agresiva campaña de coacción del voto a través de dádivas de todo tipo, como despensas, artículos escolares, el uso de programas sociales e incluso pagos en efectivo. La maniobra ha sido incluso documentada por la Fiscalía Electoral, dependiente de la Procuraduría General de Justicia y, ésta, del Gobernador Manuel Velasco Coello, el primero emanado de sus filas. Según las cifras de la agencia ministerial, el Verde y sus aliados, como el Partido Revolucionario Institucional, han sido sujetos de al menos 372 denuncias por prácticas probablemente ilegales en lo que va del año; 233 de ellas, tan sólo en los últimos 30 días de la campaña por la elección estatal del próximo domingo 19 de junio. Es decir, más de siete probables delitos electorales diarios, o uno cada tres horas.

“Es en relación a la coacción del voto, que consiste a través del manejo de programas sociales, como Prospera, Canasta Básica, fundamentalmente”, explica el Fiscal Electoral del estado, Hugo Gómez Estrada.

“Vamos a entrar a la etapa final, y es en estos días que nos quedan donde vamos a ver con mayor insistencia esa entrega de objetos con tal de obtener los votos (…) y lo vamos a encontrar a través de entregas de despensas, de entregas de quizás de láminas, cemento para construcción de obras. Algunas veces comprando en efectivo, pero más que nada eso se da en la jornada electoral”, agrega el funcionario.

Entrevistado en su oficina en esta ciudad, Gómez precisa que no todos los partidos están violando la ley como lo está haciendo el partido en el Gobierno. “Porque hay partidos que no cuentan con los recursos suficientes. Prácticamente los partidos que cuentan con recursos suficientes son los que más inciden en esto. Ya lo sabemos, los partidos grandes, estamos hablando del Verde, el PRI; va más por, ‘pues me está diciendo que yo vote por el PRI, que vote por el Verde”, explica.

Fundado en 1994 por el político ex priista Jorge González Torres y en manos de su familia desde entonces, el Verde se convirtió en el pasado proceso electoral federal en el campeón nacional de las violaciones a las legislaciones electorales. La multa de 329 millones que recibió en mayo por beneficiarse ilegalmente de contratos para anuncios en televisión fue la tercera más alta de la historia y, antes, había sido ya sancionado por la difusión de mensajes en cine. Como ningún otro partido, además, saturó calles, fachadas y bardas de diferentes partes del país para machacar, entre otras frases, que “sí cumple”.

La elección federal del pasado 7 de junio confirmó que Chiapas es su bastión. Además de tener el Gobierno estatal, los resultados oficiales les dieron el 45 por ciento de los votos, la cantidad más alta que han recibido en sus 20 años de vida. En correspondencia, la presencia de los colores de su propaganda política alcanza en esta entidad niveles de avasallo: cientos de personas, sobre todo entre la población de menores ingresos, visten la característica playera con el logotipo del tucán encerrado en una uve; varios más usan otras del mismo color pero con el logotipo del Gobierno del estado. Los enormes espectaculares que promueven a su candidato a la alcaldía, el también dirigente estatal Fernando Castellanos Cal y Mayor, se observan con una frecuencia casi 10 a dos en comparación con los de sus contrincantes. Sus colores aparecen también en decenas, tal vez cientos de bardas, sobre todo en las colonias populares, donde Velasco también anuncia la entrega de 1.5 millones de canastas básicas. El partido se anuncia, también, en cientos de camionetas tipo van de transporte colectivo, las cuales exhiben un eslogan que el Verde chiapaneco no tiene empacho en compartir con la administración estatal: la gente “nos une”.