Ciudad de México, a 4 de abril de 2022.- Leopoldo sobrevivió a actos de tortura por parte de elementos de la Policía Federal. En julio de 2012 fue detenido en Temixco, Morelos, por su presunta participación en los delitos de delincuencia organizada, secuestro, portación de arma de uso exclusivo del ejército y posesión de cartuchos.
De los golpes y malos tratos propinados por los agentes, se desprenden los métodos de tortura tanto físicos como psicológicos para obtener una confesión e imputar a Leopoldo en los hechos delictivos. “Me pegaron en las costillas muy fuerte, me fracturaron. Con el palo de mi azadón me violaron. Estuve amarrado y esposado como una hora y media”.
Dos dictámenes con base en el Protocolo de Estambul practicados por la extinta PGR en 2014 y 2016 demostraron que existe una correlación entre lo narrado por Leopoldo, sus síntomas físicos y psicológicos, y la tortura en su contra.
Sin embargo, desde hace más de nueve años, ha estado en prisión preventiva en distintos centros penitenciarios federales en el Estado de México, Jalisco, y actualmente en el Cefereso 15 en Villa Comaltitlán, Chiapas.
Leopoldo tiene 67 años es campesino, trabajaba como albañil, recolectaba latas y envases de plástico para vender. No tiene familia ni amigos, sólo conoce a una señora que le rentaba un pequeño cuarto por 100 pesos en Jiutepec, Morelos.
En un acto desesperado, Leopoldo escribió una carta dirigida al Ministro Presidente Arturo Zaldívar, en donde denunció a los policías federales que lo torturaron. Está perdiendo un ojo por la saña de los golpes, padece hipertensión y tiene miedo por las represalias que puede sufrir.
En noviembre de 2019, el IFDP tomó el caso a través de la Secretaría Técnica de Combate a la Tortura, creada por Netzaí Sandoval Ballesteros, emprendió múltiples estrategias jurídicas a nivel nacional e internacional.
En marzo de 2016, el Juez Segundo de Distrito en Morelos libró orden de aprehensión en contra de los agentes federales por su probable responsabilidad del delito de tortura. A más de cinco años, no se ha logrado capturar a ninguno de los policías.
A pesar de que el Estado mexicano tuvo noticia desde hace más de nueve años que Leopoldo fue víctima de tortura no ha realizado ninguna gestión o acciones encaminadas a garantizar una reparación integral.
En abril de 2021, la Secretaría Técnica presentó una comunicación individual ante el Comité Contra la Tortura de la ONU, en representación de Leopoldo, y le asignó el número de queja 1072/2021. Un mes después el Comité solicitó medidas provisionales al Estado mexicano para garantizar atención médica y psicológica a Lepoldo, y considere la posibilidad de sustituir la excesiva prisión preventiva por una medida alternativa de detención.
A más de nueve años de su detención, Leopoldo es víctima de una doble injusticia: el Estado le ha impuesto una pena anticipada, violentando su derecho a ser juzgado en un plazo razonable, y a la presunción de inocencia. Y, por si fuera poco, es sobreviviente de tortura y no se le ha garantizado su derecho a la verdad, justicia y reparación integral. El IFDP seguirá redoblando los esfuerzos para proteger los derechos humanos de las personas más vulnerables del país.