Acosador protegido Ángel Mario Ksheratto

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 18 de septiembre de 2019 (muralchiapas.com).- Desde hace varios meses, Elizabeth (el nombre de la víctima ha sido cambiado en virtud del peligro que corre), empezó a vivir un calvario. Paul Chong, empleado de la Secretaría General del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, le cerró el paso y, con palabras soeces, le exigió tener relaciones sexuales. A la negativa, vinieron las amenazas verbales y en los días siguientes, los amagos con arma de fuego.

Chong, inició, además, un seguimiento personal de la víctima; desde las ventanas del departamento que Elizabeth rentaba, era grabada con un celular. Incluso, intentó grabar bajo su falda.

En las últimas semanas, Chong fue más lejos: “O me das las nalgas, o tu hijo las va a pagar”, le dijo.

Ante el acoso, Elizabeth y su familia, enviaron una queja al alcalde Carlos Morales Vázquez, con la esperanza de que éste, llamase la atención de su subalterno. En la misma fecha (4 de septiembre), hicieron del conocimiento del asunto al secretario General, Francisco Javier Zorrilla Ravelo. Ni uno ni otro respondieron oficialmente. Solo mandaron a decir a la víctima que, si quería, que interpusiese una queja ante la CEDH.

Lejos de amainar el acoso y las amenazas, se intensificaron y Paul Chong, incitó al dueño del departamento para echarla del lugar, objetivo que logró y además, que se fuera sin sus pertenencias, puesto que pusieron candado a las puertas y no le permitieron su ingreso.

El agresor se ha ostentado, junto con un hijo suyo, como policías ministeriales, bajo cuya usurpación, han iniciado acoso “policial” contra la familia de Elizabeth.

Paul Chong ha sido directo: no descansará hasta que Elizabeth, ceda… O la asesina junto con su hijo.

Es de suponer que la autoridad está para proteger a la ciudadanía, especialmente a las mujeres. Pero en el caso de Morales Vázquez y Zorrilla Ravelo, para proteger a un feminicida en potencia, que se cree intocable.

Se está a tiempo de evitar un crimen. Ojalá, la Fiscalía active el protocolo de rigor. De lo contrario, serán cómplices.

El de la foto es Paul Chong.

 

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