A sólo dos años de concluir la actual administración federal, el principal proyecto sexenal de infraestructura carretera para el estado de Chiapas: la nueva autopista de cuota entre San Cristóbal de las Casas y Palenque, parece disiparse entre los turbios intereses de grupos opositores y la incapacidad gubernamental para alcanzar acuerdos que finalmente permitan desbloquear tan importante obra en agonía.
Se trata del más ambicioso compromiso de campaña firmado por Enrique Peña Nieto para el sureste mexicano. Una obra que después de tantas décadas de espera finalmente acortaría las distancias entre el centro de la entidad y una selva chiapaneca por siglos distante y ajena a los planes de desarrollo nacional.
A la obra, con la clave presupuestaria 15096270004 en el Ramo de Comunicaciones y Transportes, se le asignó un presupuesto inicial de 10 mil millones de pesos, y debió iniciar durante los dos primeros años del actual sexenio para concluirse a finales de 2016 o 2017 y ser inaugurada como la gran obra emblemática de los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Manuel Velasco Coello, respectivamente.
Al Gobierno de Chiapas se le responsabilizó del trabajo de campo, la sensibilización y las negociones necesarias para facilitar la ejecución de la obra. No hubo mayor encargo que ese para los operadores políticos de Manuel Velasco Coello, pero las cosas simplemente no se dieron, no se hicieron bien y hoy tienen al proyecto ante una oposición beligerante dispuesta a usar cualquier recurso para impedir su ejecución.
El proyecto de la nueva carretera entre San Cristóbal de las Casas y Palenque actualmente se encuentra metido en tremendos líos legales (desde el pasado 18 de enero), debido al amparo judicial otorgado a la comunidad tsotsil de “Los Llanos” quienes solicitaron la protección de la justicia por supuestos actos de amenazas e intimidaciones cometidas por autoridades municipales y estatales para obligarlos a ceder sus tierras para la construcción de la obra.
A lo anterior se le han sumado multitudinarias y constantes movilizaciones de comunidades indígenas ubicadas en el trazo del proyecto. La oposición para que se abra esta nueva vía de comunicación en la zona pareciera haberse vuelto innegociable, pues pese a los cambios constantes del diseño carretero la resistencia ha resultado más fuerte que los argumentos o métodos de negociación para facilitar la ejecución de la obra.
El encargo de primera mano había sido para el actual presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, Eduardo Ramírez Aguilar, quien durante su estancia como Secretario General de Gobierno se cansó prometiendo el supuesto arranque de la obra completa, cosa que no ha pasado hasta ahora. Ni él, ni su relevo servil han conseguido consensar una obra que francamente ya se ve complicada para este sexenio.
De acuerdo a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), mediante su plataforma virtual “Transparencia Presupuestaria: Observatorio del Gasto”, actualmente el proyecto de 182 kilómetros presenta nulo avance, además haber recibido durante el mes de marzo un importante recorte de siete mil millones de pesos al financiamiento total. Hoy en la bolsa presupuestaria sólo quedan tres mil millones de pesos que evidentemente resultan ya insuficientes para las tantas expectativas que se habían hecho en esta importante obra.
Es así como la denominada súper carretera San Cristóbal – Palenque parece estar sentenciada nuevamente al fracaso y perderse entre las tantas deficiencias de operatividad gubernamental en Chiapas como el gran proyecto que nunca fue, al menos durante lo que resta de la actuales administraciones sexenales en Chiapas y México. Así las cosas.