En la mira (Desnutrición infantil, una batalla sin resultados) Por Héctor EstradaHéctor Estrada
Desnutrición infantil, una batalla sin resultados  

A propósito de los programas sociales y los recientes escándalos en los que se han visto envueltos durante los últimos días, hoy nuevas cifras siguen sumándose al cúmulo de pruebas estadísticas que sustentan su ineficacia y falta de resultados, además de las múltiples dudas sobre el destino real de los millonarios presupuestos con los que son financiados.

Esta vez fue el estudio “La infancia cuenta en México 2014″, que realizó la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), quien ha dejado con muchas explicaciones por dar a las autoridades federales y estatales que han encabezado durante casi una década los programas de combate al hambre y desnutrición en el país.

De acuerdo a esta investigación documental basada en cifras oficiales de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, con datos desde 2006, los estados de Chiapas, Guerrero y Oaxaca ocuparon los tres primeros lugares en materia de desnutrición infantil en niños de 0 a 4 años de edad.

Dentro de los resultados más importantes, destaca que en Chiapas el porcentaje de niños con desnutrición crónica en 2012 es casi el mismo de 2006, cuando el estado presentó 31.6%. Es decir, seis años después los índices no sufrieron reducción significativa. Simplemente, se han mantenido en los mismos porcentajes.

Otro de los problemas más alarmantes para la entidad chiapaneca se enfoca a los índices de desnutrición severa, donde Chiapas pasó de un 1.7 por ciento en 2006 a un 2.4 por ciento en 2012, lo que significa que con todos los presupuestos millonarios la problemática, incluso, ha ido en aumento.

En el estudio de la REDIM se observa también que 11 entidades incrementaron su porcentaje de desnutrición, entre ellas el Distrito Federal y Nuevo León, ambos con economías fuertes. Para el caso de la capital del país, el aumento de la desnutrición fue de 4.6% entre 2006 y 2012, mientras que los neoleoneses pasaron de 5.5% en 2006 a 8.5% en 2012.

Tan sólo durante 2013, como parte de la denominada Cruzada Contra el Hambre, el Gobierno Federal destino más de cuatro mil 200 millones de pesos al Programa de Apoyo Alimentario y 10 mil millones más para 2014. Son presupuestos similares a los que se han ejercido desde 2007 mediante programas de esta índole, algunos con distintos nombre, pero evidentemente con la misma inefectividad.

Ya la Auditoria Superior de la Federación (ASF) parece haber dado posibles explicaciones a tanta falta de buenos resultados con el desfalco de más de 22 mil millones de pesos a los programas sociales dentro de la Cuenta Pública 2013. Sin embargo, hoy se hacen necesarias muchas explicaciones.

Estas investigaciones hacen evidente la falta de un eficiente esquema de redición de cuentas en tiempo y forma para un país acostumbrado al ejercicio de recursos sin control y explicaciones. Una nación democrática donde las auditorías e investigaciones requieren ver culminar el periodo de las administraciones gubernamentales en turno para poder salir a la luz de escrutinio público.