Tribunales electorales a la carta (En la Mira) Héctor Estrada Nada sorpresiva fue la resolución del Tribunal Electoral el Poder Judicial de la Federación (TRIFE) que decidió finalmente no sancionar al gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, por la promoción nacional de su Tercer Informe de Gobierno a través de portales de Internet y medios de comunicación con presencia fuera de la entidad chiapaneca.

En una resolución prácticamente predecible, los magistrados de la Sala Especializada declararon inexistentes las infracciones denunciadas por el PRD, al considerar que no se podía desconocer la lógica de una red de comunicación como Internet que –determinaron- no atiende a limitaciones territoriales.

Los magistrados consideraron además que la difusión del informe de labores a través de la red global no tuvo impacto o incidencia en los procesos electorales locales que se encuentran en curso, pues aseguraron que, pese a la promoción excesiva a la imagen de Velasco Coello y el tradicional color verde del PVEM en toda la campaña, la propaganda denunciada “no contenía elementos proselitistas”.

En lo que respecta a las notas periodísticas denunciadas, los magistrados aseguraron que no se pudo acreditar alguna infracción ya que, aunque la nota publicada era prácticamente la misma en todos los medios impresos, en cada uno de estos dicho material había sido firmado por distintos reporteros, por lo que los boletines terminaron siendo reconocidos como notas periodísticas y Manuel Velasco completamente exonerado.

Nada distinto a lo resuelto por el Tribunal Electoral en México durante los últimos años en los casos donde Velasco Coello y el Partido Verde han estado involucrados. Además de indignante, el trabajo del máximo tribunal electoral en México se ha vuelto predecible y rutinario, haciendo de las denuncias simples procedimientos burocráticos donde siempre se termina legitimando o excusando a la ilegalidad.

Y es que, aunque los argumentos dados por el TRIFE podrían tener lógica jurídica, también ha resultado evidente el tendencioso trabajo de los magistrados a quienes parece habérseles encargado encontrar las excusas más convincentes para tirar o minimizar una y otra vez las denuncias en contra el Verde y sus principales figuras.

Si bien las estrategias tramposas utilizadas por el Gobierno de Chiapas no son nada nuevo, se debe reconocer que el desempeño de los organismos electorales, especialmente el del Tribunal Electoral, se ha convertido en un “trabajo a la carta”, listo para que los caciques estatales resuelvan las controversias electorales a su mejor conveniencia.

La complicidad de los distintos tribunales y autoridades jurisdiccionales han transformado a entidades como Chiapas en hervideros de impunidad y cinismo donde los gobernantes se pasean y festejan la arbitrariedad en público. Con ejemplos tan claros como la reciente fiesta de cumpleaños del gobernador chiapaneco donde hasta la recién dirigente electa del PAN Janet Ovando figuró en primera fila.

Así se cuecen las habas en la entidad chiapaneca, con miras a la elección mayor de 2018, donde las alianzas que hoy parecen muy sólidas seguramente tendrán reacomodos de conveniencia que con el paso del tiempo se dejarán a mayor claridad. Mientras tanto la arbitrariedad, ingobernabilidad e impunidad siguen siendo la constante en un estado fallido llamado Chiapas.