Relleno sanitario de hipocresía y corrupción Averiguación Previa

Rafael Velasco Salas

02 de Marzo de 2016 .- Como una obra de ejemplo a seguir y parte de la solución para desaparecer los tiraderos a cielo abierto en Chiapas, así fue cacaraqueada la apertura del relleno sanitario intermunicipal que se construyó en Pichucalco durante el gobierno de Juan Sabines Guerrero.

A diez años de haberse dado esa obra con un costo de 9 millones 472 mil 511 pesos, en un terreno de 9.5 hectáreas, sigue dando de qué hablar, no sólo de la forma y los métodos en que se compró el terreno; si no que al parecer no fue la solución para contribuir a mejorar la calidad de vida de los habitantes en acciones concretas para reducir los impactos negativos a la salud y al medio ambiente, pero sobre todo en el manejo insalubre de la basura.

El relleno hasta el momento no parece tal, pues la basura se encuentra a cielo abierto, se pueden observar pepenadores trabajando, cientos de zopilotes dándose un festín, y sobre todo, continúa contaminando el aire de esa zona de pichucalco.

El 17 de febrero de 2010 los alcaldes de Ixtacomitán, Sunuapa, Ostuacán y Pichucalco suscribieron un convenio de colaboración para el manejo de residuos sólidos con la titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Vivienda de gobierno Sabinista, Lourdes Adriana López Moreno y se hacia el anuncio oficial de la clausura de los tiraderos a cielo abierto de estos municipios. Nada se ha resuelto desde entonces.

El 20 de mayo del 2011 Lourdes Adriana López Moreno secretaria del media ambiente e historia natural anunciaba la inversión de 99 millones de pesos para fortalecer el manejo del relleno intermunicipal de Pichucalco. El recurso de 99 millones de pesos que sería liberado para los municipios a partir del 02 de junio del mismo año, los ayuntamientos participantes como Pichucalco, Ixtacomitán, Solosuchiapa, Sunuapa, Juárez e Ixtapangajoya no se verían afectados en su techo financiero ya que no iban a invertir un solo peso. Esa inversión millonaria se vería reflejada con el equipamiento vehicular para el manejo de los desechos sólidos, camiones de basura y para el manejo del relleno sanitario intermunicipal.

Los esfuerzos a duras penas que los alcaldes brindan para tirar su basura en este espacio ubicado en la ranchería el “Cerro” primera sección, municipio de Pichucalco, ahí se han quedado. A pesar de existir convenios firmados para realizar pagos para su mantenimiento, no han sido suficientes. Algunos ex alcaldes se les olvido pagar para mantener a flote el relleno sanitario y otros presidentes actuales parece que tampoco les importa el seguir invirtiendo en un espacio que podría cerrarse definitivamente para finales del año.

Lo que pareciera que fue un negocio redondo del gobierno sabinista y de algunos exalcaldes; así como de la ex secretaria del medio ambiente Lourdes López Moreno, también ha traido otras consecuencias aparte de las ganancias: mortandad de reses, contaminación a los únicos arroyos de la ranchería donde se ubica y problemas respiratorios para las familias que viven a la redonda del lugar.

Hasta hace poco más de un mes, los habitantes de la ranchería el Cerro, decidieron bloquear los accesos al relleno impidiendo que los camiones recolectores de basura tiraran los desechos. Hay aceptaciones de culpas serias por parte del alcalde Luis Miguel Pérez Ortíz al decir que se le ha dado a la mano a un afectado por la muerte de su ganado, 20 mil pesos mensuales durante cuatro meses para que esta persona permitiera tirar la basura en el relleno sanitario. Por el otro lado, el afectado rechaza haber recibido tales cantidades de dinero.

Lo cierto es que el alcalde debe comprobar esa cantidad de dinero, bajo qué criterios se llevaron a cabo las negociaciones, también tienen culpas los regidores, la síndico y el director de servicios públicos por permitir que existan esos acuerdos en lo oscurito. El edil no debe confundir la responsabilidad de llevar las riendas de administrar el dinero del pueblo, con la forma en que maneja su constructora, si está acostumbrado a dar dinero a los sindicatos para dejarlo trabajar, está confundiendo su labor. Pero eso no es todo, la maquinaria de su propiedad es la que hace el trabajo de remoción de desechos en el relleno y se les paga 80 mil pesos mensuales por ese concepto.

Es alarmante la situación en la que se encuentra el relleno sanitario intermunicipal de Pichucalco, pero lo más preocupante es que desde que se inauguró sólo ha servido para negocio de unos cuantos y el perjuicio de una colectividad en relación con su medio ambiente.

Los ciudadanos de Pichucalco al día de hoy no cuentan con una información veraz sobre la forma como se está pretendiendo resolver este problema. La omisión de informar por parte de quienes están obligados a hacerlo ha propiciado el surgimiento de presuntos representantes de la ciudadanía qué más que pretender abonar a la solución se aprecia el deseo de sacar raja política. Acusaciones recíprocas de corrupción, cohecho y negocios turbios, entre autoridades municipales y personas identificadas con las movilizaciones de días pasados, arroja vergüenza pero nos aleja de la solución. Es menester entonces que se informe a la ciudadanía, que se le dé la debida importancia al problema, como un tema regional y que se gestione la solución pronta. Hasta aquí mis comentarios.

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