Todo parece indicar que los temas que siguen campeando en la agenda pública de Chiapas son el pago pendiente a proveedores y la continua vulneración al Estado de Derecho (la ley que prohíbe el bloqueo de carreteras y el boteo parece no tener vigencia).
Los personajes públicos que más han reunido negativos en las últimas semanas son el secretario general de Gobierno, Juan Carlos Gómez, por el asunto de los bloqueos; Daniel Sandoval Jafif, subsecretario de Hacienda, por el adeudo a empresarios; y José Luis Sánchez, director del Instituto de Comunicación Social, por el adeudo a periodistas.
Algunas más inteligentes que otras, las plumas públicas se han lanzado un día sí y otro también en contra de estos tres, a quienes acusan, groso modo, de faltar a la confianza depositada por el gobernador al realizar mal sus funciones, entorpeciendo con ello el ejercicio del poder.
Yo no lo sé de cierto, pero lo supongo, que estos personajes actúan y sostienen ese actuar, porque simple y llanamente singuen instrucciones, obedecen órdenes. Si lo piensa un momento, de qué otra forma se explica su permanencia en el cargo, manteniendo la misma política, y con la paz de quien se sabe útil al amo.
De modo que, desde mi particular punto de vista, a quien hay que dirigir las críticas es a quien ordena desdeñar al empresariado, jinetear la paga y maquillar la realidad. A la cabeza. La pregunta sería ¿esa cabeza sigue siendo la misma por la que votaron los chiapanecos?
Ágora
La designación de los Premio Chiapas en Ciencias y en Artes 2015 fue bien acogida por la sociedad en general. No hay mucho que agregar a la exitosa carrera de los premiados. Desde hace tiempo el poeta Oscar Wong y el antropólogo Andrés Fábregas Puig se consagraron en la admiración y gusto del respetable. Se hizo justicia y con ello se ennoblece el máximo reconocimiento del gobierno y pueblo de Chiapas. Esperamos siga así.
Aprovechamos la ocasión para destacar, también, el papel que ha venido desempeñando el director general del Coneculta-Chiapas, Juan Carlos Cal y Mayor Franco. Desde el inicio de su gestión denunció sobreprecios en la contratación de artistas, se ha enfrentado a las mafias culturales que han sangrado el consejo por años, ha fomentado la contratación del talento local, y ha promovido la cultura de consumo de espectáculos locales. Sumémosle la dignificación en los recientes años del Premio Chiapas (aunque no es su prerrogativa, al menos no entorpece o envicia el proceso) y el rescate de espacios culturales.
Con aciertos y errores, como es normal en toda gestión, Cal y Mayor Franco es de los pocos funcionarios de la actual administración que ocupa su tiempo en trabajar y no en la autopromoción política. Es más, ni siquiera en la contienda interna de renovación de la dirigencia del PAN, su partido, se ha visto involucrado. Hace bien.
Corrillo
CONTIENDA AZUL: En franca campaña interna panista, las dos contendientes: Fabiola Ricci y Janette Ovando, dicen ser la esperanza para recuperar la confianza ciudadana y devolverle al Acción Nacional la gloria y los principios que alguna vez lo caracterizaron. Insisten que al partido se le utilizó para saciar intereses personales y que ahora es la oportunidad de recuperarlo.
Pero más allá de los intereses de este partido venido a menos, se hallan intereses mayores. No hay necesidad de dar demasiadas explicaciones. El partido en el poder busca tener influencia en los demás partidos para que, llegados los tiempos de definiciones, se alíen, sean una segunda opción, o bloqueen el arribo de cuadros competitivos naturales, que puedan poner en riesgo su hegemonía.
Las dos principales facciones al interior del Partido Verde se hallan representadas en las dos candidatas azules: Fabiola Ricci representa el interés erista y Janette Ovando, a través del senador Roberto Gil Zuarth, el interés castellanista.
Así las cosas, o se ponen abusados cuadros políticos de la oposición, o les comen el mandado y no aparecen en las boletas en 2018.