Tuxtla en la búsqueda del empoderamiento ciudadano En la Mira

Héctor Estrada

Cuando la indignación, la movilización y la protesta trascienden al conflicto de origen para dar paso a acciones de incidencia ciudadana permanente es posible hablar de un movimiento social exitoso, y eso parece estarse consumado en Tuxtla Gutiérrez tras el vergonzoso proceso electoral reciente.

El ejemplo de lo antes argumentado se suscitó ayer en la capital chiapaneca con la presentación del denominado “Cabildo Ciudadano” que se sustenta como el primer organismo exclusivamente ciudadano (sin injerencia gubernamental) abocado a observar, monitorear e informar a la población sobre las actividades de Gobierno Municipal.

Cabildo Ciudadano nace como iniciativa de la organización civil Liga Lab y el portal de noticias Chiapas Paralelo, que acuerpados con organizaciones de la sociedad civil, colectivos, activistas y ciudadanos independientes han decidido configurar este nuevo ente escrutador.

La creación de una figura organizacional semejante habla de un evidente vacío en lo que a organismos de verdadera representación social se refiere. Expresa el descrédito y la desconfianza en los propios organismos preexistentes (tanto jurisdiccionales como no jurisdiccionales) que han demostrado su inefectividad.

Se trata de figuras colegiadas que han traicionado su vocación ciudadana para convertirse en simples legitimadores de las acciones gubernamentales municipales, como el Consejo Consultivo Ciudadano que durante los últimos años ha sentado innumerables muestras de servilismo, corrupción e injerencia directa del gobernante en turno.

Pero que se puede decir de la misma figura del Cabildo que, siguiendo la pauta de lo que ha sucedido en las legislaturas estatales, se ha transformado en una burda comparsa de los presidentes municipales (con sus contadas excepciones en algunos regidores) para ocultar anomalías administrativas y aprobar las propuestas necesarias en favor del “jefe”.

Y se podrían seguir enumerando los nombres de organismos e instituciones rebasadas, sin credibilidad y carentes de calidad moral que ya no representan más que a propios intereses particulares o de poder, que se han corrompido y -por lo tanto- han perdido la razón de su existencia misma.

Por eso es indispensable la incidencia ciudadana y su participación directa en un asunto tan importante como es la vigilancia del desempeño gubernamental. Por ello resulta importante la creación de nuevas figuras como el “Cabildo Ciudadano” para subsanar, en cierta medida, los vacíos de representación y vigilancia ciudadana en la administración pública.

Más allá del cochinero electoral padecido durante los últimos meses, la consolidación de una ciudadanía organizada en Tuxtla Gutiérrez se sustenta hoy como uno de los mayores legados emanados de aquel lodazal. Esta sinergia social debe ser, sin duda, un fenómeno que se deberá alimentar, alentar y acrecentar por el bien de Tuxtla Gutiérrez y su futuro ciudadano.