Héctor Estrada
Entre tanta podredumbre emanada del proceso electoral que aún no acaba, el mejor legado para la capital chiapaneca ha sido justamente el despertar de una ciudadanía que hoy parece estar más viva que nunca, dispuesta a manifestarse, organizarse y alzar la voz en un Tuxtla que nunca más puede quedarse callada.
En las redes sociales, en las calles o a sartenazos los tuxtlecos han demostrado que los años de ese silencio cómplice que permitió la debacle de toda una ciudad secuestrada por intereses poderosos parecen estar quedando atrás. Ya no más una ciudad pasiva e inerte ante la arbitrariedad del poder.
Y es que, más allá de los resultados que puedan lograrse, lo verdaderamente importante es que Tuxtla está despierta y activa. Parece comenzar entender que la ciudad no es un asunto ajeno que pueda observarse desde una indiferencia casi generalizada que ya ha cobrado graves facturas expuestas a la vista de todos.
La mejor aportación que ha dejado el sucio proceso electoral ha sido justamente rebasar los límites de la tolerancia y sacar de la comodidad a miles de tuxtlecos hartos de la corrupción, ilegalidad y atropellos con los que muchas autoridades se han acostumbrado a actuar.
Hoy dos marchas recorrerán el centro de la ciudad. Ambas convocadas por los candidatos con mayor cantidad de votos en la pasada elección de 19 de julio. Cada una con sus características particulares en torno al tipo de convocatoria y la respuesta voluntaria de sus integrantes.
La primera, organizada por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), partirá del Parque Bicentenario y concluirá en el Parque Central. De igual forma que en la primera ocasión fue convocada tiempo después que la otra movilización para comenzar con horas de anticipación y adelantarse a los contrarios.
La difusión de su invitación en redes sociales tuvo un efecto escaso. Pocos fueron los que realmente compartieron el mensaje de convocatoria, por lo que la organización directa de transfirió nuevamente a las estructuras movilizadoras del voto en las colonias de la capital chiapaneca y otros municipios.
La segunda marcha convocada a las cinco de la tarde por el candidato de Acción Nacional partirá del cruce vial donde se ubicaba a extinta Fuente Mactumactzá y concluirá justamente en el Parque Bicentenario. Como sucedió con la primera, la convocatoria de esta segunda marcha “contra el fraude electoral” también se propagó rápidamente en redes sociales, de boca en boca y vía telefónica.
Para evitar caer en controversias, sólo es necesario que usted asista a ambas manifestaciones para conocer de primera mano las diferencias tan extremas entre la composición de una y otra. Diferencias abismales entre las razones que mueven a sus asistentes, las convicciones personales y el derroche de recursos para hacer posible una de ellas.
Si el escenario del pasado 24 de julio se repite. La primera se convertirá nuevamente en una movilización de militantes, estructuras políticas movilizadoras del voto y “cientos de acarreados” que engrosarán un caminata de embate a la otra movilización. Un acto de mera estrategia política para minimizar el impacto mediático de los contrarios.
La segunda manifestación se convertirá nuevamente en una movilización ciudadana, mayoritariamente apartidista, con familias enteras y miles de voces dispuestas a no callar su indignación. La marcha de la cinco de la tarde es de las cosas valiosas heredadas por el pasado proceso electoral.
A las cinco de la tarde Tuxtla nuevamente va a hacerse escuchar. Esa ciudad que hoy es noticia nacional por su efervescencia social y ánimo ejemplar de NO RENDIRSE. Porque Tuxtla está despierta, dispuesta a expresarse y a luchar por lo que cree legítimo, porque Tuxtla nunca más puede quedarse callada.