ROXANA: El presidente ya anunció que el próximo fin de semana se la llevará de gira nuevamente, esta vez a Veracruz. Es como para mostrar quién manda y decir a los ciudadanos que todo lo que él ha prometido, ella lo va a hacer.
La tomó como su trofeo y ella acepta. Qué lamentable. La lealtad y el agradecimiento no significa sumisión.
Asesorada por RAMÓN DE LA FUENTE, quien siempre juega a la segura y nunca se arriesga, y por el ex presidente de la Corte, ARTURO ZALDÍVAR, quien ya mostró la calidad de la madera de que está hecho, CLAUDIA SHEINBAUM será hasta que se acabe este gobierno una especie de persona que el presidente lleve y traiga en sus giras, para comprometerla y exponerla como la encargada de ejecutar las acciones que quedaran pendientes. ¿Y después?
No se trate de que ella le marque límites, porque no es el momento, ni darse el “quien vive” ni del manotazo para hacerle ver al mesías que ella será la presidenta. Se trata de respeto. El presidente debe considerar la investidura y a la persona.
DE OTRAS COSAS, muchos partidos políticos van a desaparecer. Qué bueno. Debo reconocer que escuchar a JESÚS ZAMBRANO me dio tristeza. “El PRD ya no existe más…El golpe de la realidad fue brutal”, dijo para anunciar la muerte de ese partido que nació de una algarada izquierdista a favor de CUAUHTÉMOC CÁRDENAS y cobijó y fue trampolín de muchos: El propio CUAUHTÉMOC, IFIGENIA, PORFIRIO MUÑOZ LEDO, ROSARIO ROBLES, EBRAD y el propio LÓPEZ OBRADOR.
Ojalá que desaparecieran todos, pero alguno sólo va a cambiar de nombre; otro va a cambiar de dirigente. El problema no es ese, sino que todos los partidos tienen dueño y por más revolcadas que les den, serán la misma gata. Heredarán las dirigencias a sus secuaces o ahijados y van a seguir en las mismas.
Los comicios mostraron la cruda realidad, como dijo ZAMBRANO al anunciar la muerte del PRD. Los partidos de oposición no lo son porque no representan a nadie y no mueven a nadie. Son como franquicias. Lo de la “marea rosa” fue una iniciativa ciudadana que ellos, los partidos, secundaron. A ver, ¿quién es el dueño del PAN? MARKO CORTÉS y socios. ¿Y el del PRI? ALITO y MOREIRA. O ¿quién es el dueño de Movimiento Ciudadano? ¿Alguien duda que sea DANTE DELGADO? El Verde es del “Niño Verde”, JORGE EMILIO GONZÁLEZ MARTINEZ, hijo del fundador de ese partido, JORGE GONZÁLEZ TORRE; nieto del exgobernador de Tamaulipas, ex precandidato presidencial y dos veces secretario de estado, EMILIO MARTINEZ MANAUTOU, y sobrino del “Dr. Simi”.
Hizo bien el PRD en morirse. Ya no daba para más. Hizo alianza con el PAN, su enemigo ideológico, y con el PRI, del cual salieron muchos –como ahora- par pasarse a sus filas esperanzadoras, para ver si se salvaba, pero no. Se lo acabaron “Los Chuchos” y las tribus, y terminaron dejando solo a CHUCHO ZAMBRANO. Como en Pedro Páramo, caminaron en el Llano Grande donde no crece nada “en medio de este camino sin orillas, que nada habría después; que no se podría encontrar nada al otro lado, al final de esta llanura rajada de grietas y de arroyos secos…” y no escucharon ladrar a los perros.
Los partidos no desaparecerán, más que los chiquitos, los pueblerinos, los que se suben a la palestra cada vez que se acercan las elecciones; los que cuyos “líderes” se van sobre las prerrogativas del INE, para embolsarse un buen botin. Esos sí van a desaparecer, pero como si se tratara de tierra para hongos, volverán. Con otros nombres, pero volverán para engordar el caldo.
Los que perdieron cambiarán de nombre, pero seguirán siendo los mismos. Los dueños, igual.
Hay quien o quienes recomiendan que se haga un nuevo partido y lleve el nombre de marea rosa, como si eso fuera a resolver el problema de la autenticidad de los partidos. Repito: Son los mismos. Otro disfraz.
La llamada “marea rosa” fue una convocatoria ciudadana. Repito: los partidos sólo se colgaron de ella. Como ocurrió con la marcha “el INE” no se toca (y se tocó).
Lo que se requiere es una oposición de a “de veras”, no la que pacte; no la que transija; no la que capitalice las circunstancias y ponga precio a su posición.