A sólo una semana de conocer el nombre del o la candidata de Morena al gobierno de Chiapas, la contienda ha terminado cerrada a tres o cuatro posibilidades reales. Eduardo Ramírez Aguilar, Carlos Morales Vázquez, Sasil de León Villard y José Manuel (Pepe) Cruz Castellanos se disputan en estos últimos días la decisión final de un proceso interno que se volvió todavía más incierto desde la sorpresiva declinación de Zoé Robledo. Pero… ¿cuál es el capital político-electoral de los más adelantados a la hora de las definiciones?
Eduardo Ramírez Aguilar es el nombre con mayor tiempo en la “baraja electoral” rumbo al relevo en Chiapas. Desde el sexenio pasado hizo públicas sus aspiraciones de gobernar la entidad. Incluso, encabezó en 2018 un movimiento político para defender su derecho a participar como candidato al gobierno estatal, pero terminó cediendo ante los acuerdos finales para quedarse con un espacio en el Senado de la República.
Para nadie ha sido un secreto durante los últimos seis años que, desde la cámara alta, Eduardo Ramírez ha trabajado abiertamente en su candidatura pendiente. Fortaleció las estructuras que antes impulsaron el gobierno verde y ha operado sigilosamente sus bastiones de poder. Finalmente, junto a Zoé Robledo, fue durante casi todo el sexenio uno los dos candidatos naturales para disputarse el relevo de Rutilio Escandón el próximo año.
Tiene una de las estructuras electorales más preparadas para operar, sigue jugando sus principales cartas para “apretar tuercas” y sabe perfectamente que su capital político lo tiene entre las dos opciones más fuertes para contender por Chiapas, incluso desde otras alternativas partidistas donde, dicen, están muy atentos de sus decisiones.
Carlos Morales Vázquez es el que mayor crecimiento ha tenido durante las últimas semanas dentro de la contienda interna. Los reacomodos y descartes inesperados terminaron dejándolo al frente de un movimiento político que ha sabido asumir muy rápidamente. La ruta, junto al proyecto de Zoé Robledo, era el Senado de la República, pero el destino concluyó colocándolo en la contienda final por la candidatura al gobierno de Chiapas.
Morales Vázquez no sólo tiene ahora detrás toda la estructura que antes apoyaba al proyecto político de Zoé Robledo, sino además los antecedentes más añejos y vinculativos a la trayectoria de Andrés Manuel López Obrador. Fue una de las primeras figuras de la política local en ser invitadas por el actual presidente de la república a sumarse a su proyecto desde el PRD (en 1997), acompañando las aspiraciones de Obrador en al menos dos elecciones presidenciales.
Detrás de la actual postulación, Morales Vázquez cuenta con el respaldo de personajes como Zoé Robledo, Manuela Obrador, su hermano Plácido Morales y el de la propia Patricia Armendáriz, que, pese a estar también entre las opciones finales de proceso interno, no ha tenido empacho en asistir a respaldar los eventos proselitistas del alcalde con licencia. Destacando sus vínculos con Claudia Sheinbaum, a quien apoyó abiertamente como uno de sus principales operadores en la entidad.
Al final de cuentas, Carlos Morales ha quedado dentro de la disputa final como el aspirante con mayores vinculaciones reales con el obradorismo más profundo. Una posición relativamente similar a la que le toco jugar a Rutilio Escandón en 2018 durante al momento de definir la candidatura de Morena por Chiapas.
Sasil de León es la carta más fuerte entre las mujeres finalistas. El respaldo de Manuel Velasco Coello y el Partido Verde en las negociaciones nacionales la mantiene como la salida más viable en caso de que la decisión final sea determinada por la paridad de género. Ha construido interesantes vínculos con Claudia Sheinbaum dentro de su proyecto político nacional y eso también son puntos que podrían trabajar a su favor.
Su postulación, incluso, ha recibido el visto bueno como alternativa para los intereses de la actual administración estatal. No fue gratuito su pase directo dentro de la elección del Consejo Estatal de Morena. Sasil sabe bien que tiene detrás la venía de varios actores políticos, incluido el de Palacio Nacional, si “la encuesta” la beneficiara como ganadora o si Chiapas terminara incluyéndose dentro de las cinco entidades donde la candidata deba ser mujer.
José Manuel (Pepe) Cruz Castellanos es la figura que mayor exposición mediática ha alcanzado. El actual secretario de Salud en Chiapas tiene a todo el aparato y la estructura operativa gubernamental respaldando sus aspiraciones. A final, ya con algunos de sus compañeros de gabinete fuera de la jugada, se quedó como el único alfil real de los intereses locales, impulsado su candidatura con todas las herramientas disponibles.
Cruz Castellanos tiene además detrás el impulso de los hermanos Adán Augusto y Rosa Linda López Hernández, y el resto del denominado “Grupo Tabasco” quienes, tras restar sus posibilidades en la entidad tabasqueña, tienen buena parte de sus objetivos puestos en Chiapas, participando desde hace meses en las negociaciones nacionales para conseguir la candidatura chiapaneca y mantener así esa posición en el sureste. Por eso, el popular “Pepe Cruz” no debería ser descartado tan fácilmente.
Así, después de tanto jaloneo e incertidumbre, según el propio dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, será ya el próximo lunes cuando las dudas finalmente se disipen y se conozca a él o la candidata de Morena en Chiapas, abriendo una nueva etapa para el proceso electoral dentro de la entidad que, seguramente, tendrá nuevos reacomodos a partir de la siguiente semana decisiva… así las cosas.