Once agresiones contra periodistas en Chiapas y cinco asesinatos a nivel nacional es el saldo rojo de la violencia ejercida contra comunicadores de México en lo que va del 2023. Se trata de cifras alarmantes que, pese a los discursos políticos de celebración por “Día la Libertad de Expresión”, mantienen a México como uno de los países más letales para ejercer el periodismo a nivel internacional, incluso por encima de naciones en guerra.
Por eso, este miércoles 7 de junio, periodistas de Chiapas decidieron cambiar el sentido del día para convertirlo en una fecha de protesta y salir a las calles de la capital chiapaneca. Y no es para menos. En la entidad chiapaneca, como en el resto de la república, cada año se ha vuelto más riesgoso ejercer el periodismo en libertad.
De acuerdo al pronunciamiento hecho este miércoles en el marco de la manifestación pacífica, de enero a la fecha se han registrado al menos 11 agresiones directas contra trabajadores de los medios de comunicación en Chiapas. Todas de preocupación. Sin embargo, la de mayor gravedad ocurrió el 2 de febrero pasado cuando una persona infiltrada dentro de una manifestación estudiantil, que luego se identificó como elemento de la Guardian Nacional, agredió directamente al reportero Rodolfo Flores.
A la de Rodolfo Flores se suma este año la amenaza de linchamiento cometida contra los reporteros Vladimir Gómez y Jonathan Zepeda; la agresión física de un diputado del Partido del Trabajo al periodista Manuel Monroy en pleno Congreso de Chiapas; y la más reciente, ocurrida apenas el pasado jueves 1 de junio cuando manifestantes cubiertos del rostro agredieron a golpes al reportero Marco Rangel mientras se realizaba una protesta frente a Palacio de Gobierno.
Y es que, las agresiones y amenazas cometidas contra periodistas en Chiapas también se han materializado en episodios fatales durante los últimos años. Uno de ellos es el asesinato cometido contra el reportero Mario Gómez, en el municipio de Yajalón, el 21 de septiembre de 2018. El otro ocurrió hace menos de dos años cuando el 28 de octubre de 2021 el periodista Fredy López Arévalo fue ultimado de un balazo en la cabeza en San Cristóbal de las Casas.
Ambos fueron acribillados afuera de sus propios hogares, frente a sus familiares, y para ambos todavía no ha habido justicia plena. Hasta el momento sólo se ha detenido a los asesinos materiales, dejando en la absoluta impunidad a los homicidas intelectuales que ordenaron los cobardes asesinatos.
Se trata de un escenario de violencia generalizada contra la prensa en México. El año 2022 es catalogado ya por organizamos internacionales como el más mortífero para la prensa en el país. Se contabilizaron en total 17 asesinatos y más de 690 agresiones contra periodistas, colocando a la república mexicana como la segunda nación más violenta para los trabajadores de los medios de comunicación en el planeta; tan sólo por detrás de Ucrania.
Por eso la imperiosa la gravedad de la situación. Porque las agresiones sistemáticas emanadas desde las mismas instituciones se han sumado también al ambiente de violencia criminal y falta de garantías que hacen cada vez mas vulnerable a la labor periodística en México. Porque cada vez las y los periodistas están más solos ante la adversidad, y con ello el derecho a informar o ser informado vive bajo amenaza constante… así las cosas.