El inicio del proceso para la llegada del IMSS Bienestar a Chiapas y los inminentes cambios administrativos que esto significará han generado una serie de dudas y especulaciones sobre el destino de los servicios de salud en Chiapas y sus miles de trabajadores que hasta hoy cobran en la nómina estatal. Pero, entonces, ¿qué sucederá realmente con la federalización del sistema público de atención médica en la entidad?
La incorporación de Chiapas al nuevo IMSS Bienestar ha provocado la genuina inquietud dentro de los trabajadores de la salud en Chiapas. Y es que, se trata de una migración en materia administrativa y de personal que tendría impacto en más de 20 mil trabajadores. Muchos de ellos sin certidumbre laboral a mediano o largo plazo, pero que hoy realizan funciones esenciales dentro del sistema.
Pero, para comprender lo que sucederá, es importante precisar que el IMSS Bienestar no es más que una nueva centralización de los servicios médicos públicos en México. Es decir, regresar nuevamente a la Federación, ahora bajo la figura del Instituto Mexicano del Seguro Social, el control y operación de todos los hospitales, centros de salud, clínicas y unidades médicas, entre otros, que operan en buena parte del país.
Y es que, durante la década de los 80 justamente se realizó el proceso a la inversa, entregando a las entidades toda la infraestructura hospitalaria y médica para su administración y operación, provocando la creación de distintos sistemas de salud en todo el país, con manejos de recursos distintos, visiones distintas y un inevitable desarrollo desigual, muchas veces plagado de corrupción por los millonarios recursos destinados al sector.
Con la falta de un desarrollo homogéneo llegaron los intentos de la Federación por extender su cobertura de atención médica mediante programas como el Seguro Popular desde 2003. Sin embargo, el objetivo quedó limitado. Ante este vacío y con un primer intento hecho por la actual administración a través del INSABI, en 2022 el gobierno obradorista puso marcha el denominado Modelo de Atención a la Salud para el Bienestar (MAS Bienestar) o IMSS Bienestar.
Se trata de un esquema, ahora encabezado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que incorporará toda la infraestructura y plantilla laboral de atención médica de los estados que voluntariamente han firmado el convenio. El proceso se ha puesto en marcha ya en entidades como Nayarit, Colima, Tlaxcala, Sonora, Campeche, Baja California Sur, Guerrero, Michoacán, Veracruz, Zacatecas y Morelos.
Este año tocará el turno de Chiapas. Aquí se ha programado iniciar formalmente el proceso de trasferencia a partir del mes abril. No obstante, desde febrero se comenzó el diagnóstico previo para evaluar las condiciones en las que se encuentra el sistema de salud estatal. Así, de manera precisa en la entidad chiapaneca serán mil 34 unidades de Primer Nivel, 48 hospitales de Segundo Nivel y dos hospitales de Tercer Nivel, que serán transferidos al modelo IMSS-Bienestar.
De esta forma, toda esa estructura y su personal, que hasta ahora formaban parte del gobierno del estado, pasarán a formar parte de la estructura del IMSS, mediante el MAS Bienestar. La administración de sus recursos, suministros, mantenimiento, contrataciones y pago de nómina (bajo las mismas regulaciones legales) estarán a cargo desde ese momento del gobierno federal, por lo que la entidad se quedará formalmente sin estructura de atención médica u hospitalaria a su cargo.
Pero también es importante precisar que esto tampoco significa que la Secretaría de Salud en Chiapas vaya a desaparecer, que su titular vaya a ser reemplazado por un delegado federal o que sus oficinas centrales se vayan a convertir en la nueva sede del IMSS Bienestar. La dependencia permanecerá como cabeza de sector local, atendiendo principalmente los programas de vectores y la vigilancia sanitaria bajo jurisdicción estatal, evidentemente con un control operativo y presupuestal mucho más limitado que el que tiene hasta ahora.
Y es que, la llegada del IMSS Bienestar a Chiapas sólo tiene que ver con la estructura de atención médica u hospitalaria en la entidad, por lo que el personal administrativo u operativo que no se encuentra adscrito a la estructura a incorporar (la gran mayoría de los trabajadores de direcciones, jefaturas y unidades de oficinas centrales) seguirá siendo parte de la dependencia, y por ende de la nómina del gobierno estatal.
El director general del IMSS, Zoé Robledo, ha asegurado que en ninguno de los casos se prevé un cambio en las condiciones laborales y mucho menos despidos. Por el contrario, se tiene prevista la basificación de los trabajadores que actualmente se mantienen bajo contratos periódicos, por lo que habrá que observar muy de cerca el desarrollo de esta transferencia que sin duda cimbrará al sistema de salud en Chiapas que durante alrededor de 30 años había estado bajo control del gobierno estatal… así las cosas.