Este miércoles se cumple un año desde que Simón Pedro Pérez López, líder de la organización Las Abejas de Acteal, fue asesinado en Chiapas por grupos criminales ligados al entonces gobierno municipal de Pantelhó y sus caciques, desatando así una sublevación social que tiene hoy a ese municipio de la entidad en un estado de tensión y anarquía sin solución en puerta.
A Simón Pedro lo asesinaron el lunes 5 de julio a eso de las 10 de la mañana cuando compraba en el mercado de Simojovel junto a uno de sus hijos. Los sicarios, que viajaban sobre uno motocicleta, se aproximaron a él y le dispararon a quemarropa en la cabeza para luego darse a la fuga; así, a plena luz del día y frente a numerosas personas que realizaban sus actividades cotidianas.
Sin embargo, la ejecución de Simón tenía un trasfondo mucho más preocupante de lo que aparentaba. Al líder indígena los asesinaron solamente nueve días después de que sirviera como canal de comunicación para que habitantes de Pantelhó pudieran entregar una carta de “auxilio” a la Secretaría General del Gobierno en la que denunciaron el creciente acoso del crimen organizado en la zona y solicitaran la urgente intervención de las autoridades.
En el documento, fechado a 26 de junio de 2021, se enumeraba el asesinato de al menos 11 personas, integrantes de sus comunidades, debido a la presencia de grupos criminales vinculados al narcotráfico, estrechamente relacionados a las autoridades municipales. Además, se denunció que, durante los comicios del 6 de junio de 2021, por medio de amenazas de muerte y de despojo de sus bienes, se había obligado a poblados enteros a votar de acuerdo a los intereses de los grupos criminales.
Durante los últimos años, las denuncias sobre asesinatos, acoso y desplazamiento de familias enteras por parte de grupos criminales conocidos como “Los Herrera” se ha habían incrementado, afectando de manera directa a la región integrada por San Juan Chamula, Aldama, Chenalhó, Chalchihuitán, Pantelhó y Simojovel. El escenario mantenía acorraladas a comunidades y amenazados a muchos de sus líderes; como todavía sucede en otras tantas comunidades.
Simón Pedro Pérez López era activista y defensor de derechos humanos, integrante de la Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal -donde ocupó la presidencia en 2020-, y del Congreso Nacional Indígena (CNI). También era catequista de la Parroquia de Santa Catarina del municipio de Pantelhó, y líder moral de la región católica en la zona. Junto a su padre habían mantenido liderazgos de interlocución y mediación para pacificar a la región.
Esa fue la razón por la que habitantes de Pantelhó se le acercaron a fin de pedir su ayuda en la elaboración y entrega de la carta. Por eso, para los pobladores, la organización “Las Abejas” y las propias autoridades eclesiásticas del municipio nunca hubo duda, a Simón Pedro lo había ejecutado el crimen organizado y las autoridades municipales coludidas. Su muerte, a plena luz del día, era un claro mensaje para intentar amedrantar inquietudes y acallar voces de ayuda al desesperado clamor de auxilio del que poco o nada se habla.
Lo que NO calcularon los asesinos es que su muerte se convertiría en “el punto de quiebre “para la insurrección. Y es que, no tardó de una semana para que los pobladores inconformes se revelaran, se organizaran en grupos de autodefensas (ahora conocidos como “El Machete”) y tomaran por la fuerza el gobierno municipal, aplicando de paso un proceso de detenciones generalizadas contra quienes ellos consideraban eran los principales líderes o cómplices de los grupos criminales gobernantes.
La rebelión terminó con la toma del ayuntamiento, 21 personas detenidas (aún en calidad de desaparecidas) y consecuentemente la renuncia forzada de las autoridades municipales electas, ligadas a los mismos grupos de poder criminal... Respecto a las investigaciones del asesinato de Simón Pedro sólo se informó sobre la detención de un involucrado.
Desde entonces la situación en Pantelhó no ha cambiado mucho. La disolución del último concejo municipal y la detención del concejal presidente por diferencias con las autodefensas habían sido los últimos incidentes. Sin embargo, un nuevo foco rojo se ha encendido con la supuesta solicitud de orden de aprensión hecha por la Fiscalía General del Estado contra el sacerdote Marcelo Pérez, también allegado a la organización “Las Abejas de Acteal”, por su supuesta participación en el desaparición de las 21 personas detenidas durante el día de la insurrección.
“Exigimos a la Fiscalía General del Estado de Chiapas y a las autoridades estatales y federales de México a que retiren urgentemente la acusación penal que criminaliza el trabajo tan importante en la defensa de los derechos humanos que realiza el P. Marcelo. En caso de que sea detenido o le hacen cualquier daño físico o psicológico al P. Marcelo, el responsable inmediato será el Estado mexicano”, este lunes la organización civil “Las Abejas de Acteal” en una carta pública.
Es así como la presión ejercida por ambos bandos, los antiguos grupos de poder criminal vinculados al partido verde (que ahora se asumen como las víctimas de desapariciones forzadas) y las autodefensas armadas, tienen hoy al caso en un callejón sin salida para los responsables de la gobernabilidad en Chiapas. Pantelhó vive en la encrucijada del hartazgo social, la presión de los grupos de poder político y la rebelión de las viejas organizaciones paramilitares con nuevos rostros, que terminaron por reventar ante el sobreempoderamiento criminal en la zona… así las cosas.