La violencia que actualmente enfrenta el municipio de Oxchuc parece estar atorada en un callejón sin salida. La negativa de los frentes opositores para ceder a negociar un método de elección fuera de su control y reconocer los resultados, aunque estos no les favorezcan, mantiene la situación en elevada tensión.
El último punto de quiebre ocurrió el pasado 15 de diciembre. Lo que sería una segunda elección histórica, organizada por un órgano electoral comunitario y sin la participación de partidos políticos, terminó convertida en un zafarrancho con saldo de al menos un muerto y varios heridos.
La elección, a mano alzada, con la presencia de medios de comunicación locales y nacionales, estaba cerrada prácticamente entre dos candidatos (Hugo Gómez Santiz y Enrique Gómez López). El primero en ser sometido a votación fue Hugo. El número de manos alzadas a su favor parecía ser contundente, por lo que la paz se mantuvo casi hasta el final del evento.
El último en ser votado fue Enrique. Los votos a su favor mostraron una ligera ventaja a simple percepción, y el presidente del órgano electoral comunitario, quien coordinaba el proceso, no dudó en señalarlo… Ahí fue cuando todos los “pactos de civilidad” se esfumaron. Hugo Gómez expresó de inmediato su inconformidad, para luego tomar el control del “templete” y arengar a sus simpatizantes contra el inminente resultado.
Integrantes del propio órgano electoral comunitario fueron tomados como rehenes dentro de una escalada de violencia que convirtió a Oxchuc por varias horas en un verdadero polvorín. Numerosos cohetones fueron detonados como proyectiles, automóviles incendiados y edificios vandalizados llenaron las calles de la cabecera municipal, mientras los pobladores corrían para resguardarse. Sin embargo, fue la irrupción de un grupo armado lo que terminó por teñir de sangre al caos.
Desde ese entonces no hubo manera de mediar nuevamente para reponer el proceso, por lo que el Congreso de Chiapas necesitó designar a un Concejo Municipal que, en tan sólo dos meses, tuvo que ser sustituido por otro, debido a la violencia. No ha habido forma de alcanzar un consenso. Oxchuc ha vivido durante los últimos meses en medio de los enfrentamientos, el secuestro generalizado y la ingobernabilidad.
El último intento de elecciones se fechó para el pasado 18 de junio. Sin embrago, no contó con el aval del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IPEC). El problema según el presidente del órgano electoral local, Oswaldo Chacón Rojas, es que la documentación presentada por el Concejo Municipal no reúne los requisitos de legalidad, pues en la mayoría de los casos sólo han llegado firmados por dos de los cinco concejeros.
En síntesis, la encrucijada en Oxchuc se resume hoy a los constantes intentos de Enrique Gómez López para reponer lo más pronto las elecciones utilizando todo tipo de presión violenta, y la negativa persistente de Hugo Gómez Santiz para ceder ante lo que ha catalogado como “extorsiones arbitrarias y tramposas” de Gómez López para imponerse en el ayuntamiento a costa de lo que sea.
Entre un nudo de acusaciones mutuas, presiones y orfandad institucional, el conflicto en Oxchuc no parece tener pronta salida. La desconfianza en las autoridades electorales por parte de los dos principales liderazgos, la clara polarización de las comunidades y la incapacidad institucional para alcanzar acuerdos seguramente mantendrá al municipio en esa añeja espiral de violencia que los intereses políticos gestaron y hoy parece una historia sin fin… así las cosas.