Mientras la disponibilidad de agua se reduce en diversas zonas urbanas de Chiapas, la empresa Coca Cola Femsa tiene autorizado extraer de los mantos acuíferos y reservas de agua dulce estatales alrededor de 1.2 millones de litros diarios. Se trata de una explotación cuantiosa, denunciada en múltiples ocasiones por organizaciones ambientalistas, pero solapada por las autoridades mexicanas mediante añejas concesiones ventajosas para la trasnacional.
En Chiapas el sobreconcesionamiento de reservas hídricas a Coca Cola tiene ya sus primeros efectos nocivos sobre municipios como San Cristóbal de las Casas. En entrevista para Contralinea, Alma Rosa Rojas, integrante del Colectivo de Educación para la Paz y los Derechos Humanos (CEPAZDH), señaló que mientras la refresquera extrae sin problema millones de litros del subsuelo, actualmente numerosas colonias y ejidos que dependen de la misma cuenca padecen ahora el desabasto de agua.
“Coca Cola-FEMSA paga 2 mil 600 pesos al año por cada una de las 46 concesiones de explotación de aguas subterráneas que tiene, y tan sólo en 2007 obtuvo ganancias por 32 mil 500 millones de pesos. Esta falta de proporción entre el pago por derechos de explotación y las utilidades de la empresa revela como el sector público privilegia los intereses del sector privado por encima de los derechos fundamentales, cuando el pago adecuado de estos volúmenes podría financiar la cobertura de agua potable a poblaciones que no tienen aún acceso a ella”, dijo la ambientalista.
En mayo de 2020 el entonces síndico de San Cristóbal de las Casas, Miguel Ángel de los Santos, y organizaciones ambientalistas, solicitaron a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que cancelará las concesiones que la empresa Coca Cola tiene desde 1995 para explotar los mantos acuíferos de ese municipio debido a problemas de sobreexplotación y riesgo sobre el abastecimiento poblacional.
Sin embargo, la respuesta de la Conagua fue tajante. La dependencia determinó que “no había justificación legal” para revocar las concesiones pues, según sus datos, los pozos aún presentan niveles de subexplotación y no registran efectos directos sobre el suministro urbano. En pocas palabras, según la dependencia, todavía no existen razones de alarma para limitar el consumo de agua a la empresa.
La posición de Conagua ha caído como balde de agua fría para la población local, y no es para menos. Según estimaciones de especialistas, Coca Cola ha saqueado durante los últimos 25 años alrededor de 10 mil millones de litros de agua de San Cristóbal de las Casas, equivalente a llenar 10 veces el Estadio Azteca. Y lo peor del caso es que hace apenas unos años dichas concesiones fueron renovadas por 20 años más.
Lo cierto es que, las dos concesiones que la empresa tiene fueron renovadas sin ninguna consulta a los habitantes de San Cristóbal, no existen estudios técnicos públicamente disponibles o confiables sobre la disponibilidad de los recursos hídricos del Valle de San Cristóbal y, dado el incumplimiento de obligaciones de Conagua, entre ellos el monitoreo de los medidores, existen dudas razonables de que el ritmo de extracción de la planta de Femsa-Coca Cola sea sostenible.
Lo que ocurre en San Cristóbal de las Casas, con la explotación de sus reservas de agua para enriquecer los bolsillos de grandes empresas transnacionales, es un ejemplo de lo que sucede en otros tantos puntos de la geografía nacional donde el saqueo sucede a diario, frente la mirada de todos y con la evidente complicidad de los tres niveles de gobierno que siguen privilegiando los “negocios” millonarios sobre la salvaguarda a los cada vez más limitados recursos naturales… así las cosas.