Agresiones contra periodistasHéctor Estrada

En Chiapas suman 25 casos de agresiones contra periodistas en dos años

Pese a los reclamos públicos para garantizar ambientes de seguridad para el trabajo periodístico, las agresiones contra e gremio siguen contabilizando denuncias y vergonzosos expedientes de agresiones contra periodistas que al menos en la entidad chiapaneca ya suman 25 casos durante los últimos dos años.

De acuerdo a información vertida recientemente por la reconocida publicación Letras Libres, durante 2013 y 2014 al menos cinco periodistas fueron asesinados en México y otros dos fueron víctimas de desapariciones forzadas, en acciones donde existe evidencia razonable para pensar que hay un vínculo con su labor informativa.

Así, mientras las cadenas de televisión nacional se escandalizan por los cobardes hechos cometidos contra la publicación de Charlie Hebdo, durante los últimos dos años las instalaciones de siete medios de comunicación en cuatro estados del país fueron blanco de ataques con explosivos y armas de fuego; en dos de estos incidentes, los agresores lograron penetrar, destruir equipo y prender fuego a instalaciones de empresas periodísticas.

Tras un seguimiento realizado durante los últimos dos años, Letras Libres pudo documentar y confirmar un total de 491 ataques al trabajo periodístico en 28 distintas entidades del país (269 en 2013 y 222 el año pasado). Al desagregar la información, esto se traduce en agresiones contra 427 periodistas, 11 colaboradores y trabajadores de áreas no editoriales, y 53 instalaciones de medios de comunicación.

La lista de violaciones al derecho de informar está encabezada por Veracruz con 78 casos, seguido del Distrito Federal con 68; Oaxaca con 56; Guerrero con 45, y Chiapas con 25 casos. Solo en estas cinco entidades sucedió prácticamente uno de cada dos episodios de violencia contra representantes de la prensa.

El 76.7% de las víctimas de amenazas y ataques fueron reporteros, fotógrafos y camarógrafos, quienes por la naturaleza de su trabajo están expuestos a abusos mientras cumplen con su labor. A partir del año 2013, las protestas de organizaciones sociales en distintos estados del país se tornaron en escenarios hostiles a la presencia de reporteros a quienes se les impedía hacer su trabajo.

Es una realidad que aunque no se dice en los medios de mayor circulación y cobertura nacional existe y golpea a la libre expresión. Es un alarmante escenario acompañado de víctimas mortales que no han tenido, si quiera, un posicionamiento oficial para lamentar y condenar sus muertes.

No ha habido ni marchas simbólicas de funcionarios de “alto nivel”, ni coberturas televisivas de indignación nacional como la que se ha dado a la tragedia de Francia. Sucede prácticamente todos los días en México sin que las autoridades se alarmen o escandalicen. Es la vergonzosa realidad de un país donde su gobierno y sus grupos de poder se conmueven más por el dolor ajeno, que por la tragedia propia.