Nena Orantes, busca candidatura mediante el uso de la fuerza (En la Mira) Héctor Estrada La insistencia desproporcionada con la que la diputada plurinominal María Elena Orantes López busca apoderarse del control y la candidatura de Movimiento Ciudadano en Chiapas, mediante el aún incierto Frente Nacional por México, ha comenzado a cobrar serias fracturas al interior del partido que el pasado 4 de noviembre resintió un fuerte descalabro con la intempestiva salida del ex coordinador estatal Isaac Barrios Ochoa.

Las diferencias entre Orantes López y Barrios Ochoa se gestaron desde que este último aceptó la invitación de Dante Delgado, coordinador nacional de Movimiento Ciudadano, para encabezar la dirigencia del partido en Chiapas, luego de haber perdido el registro estatal. María Elena estaba acostumbrada a pregonar su control sobre el partido y la repentina aparición de Isaac Barrios como dirigente cayó como balde de agua fría a sus planes.

Si bien antes ambos habían mantenido una relación estrecha de trabajo, el nuevo rol de Barrios Ochoa acrecentó las diferencias internas. Orantes López exigió una dirigencia estatal supeditada a sus caprichos y el nuevo líder estatal se negó de tajo. Eran dos agendas y formas de hacer política completamente distinta. Una, la de la vieja escuela priista (la de María Elena, claro está) de pactos en lo oscurito y simulaciones cínicas; y la otra, intentando replicar el modelo jalisciense de Movimiento Ciudadano en Chiapas (de crítica).

Desde entonces los sabotajes, presiones y golpe bajos por parte de María Elena no cesaron. Uno de los principales clímax se suscitó en mayo pasado cuando se ordenó la aprensión del padre del padre de Isaac Barrio, Ángel Barrios Zea, según fuentes extraoficiales, por el “encargo y gestiones” de la propia diputada plurinominal. El bochornoso episodio no duró más de unas horas, pero demostró lo que Orantes López estaba dispuesta a hacer.

Durante los últimos meses la situación se exacerbó. Ni la intervención mediadora de Dante Delgado para parar la ira descontrolada de María Elena Orantes fue suficiente. Las amenazas de agresiones físicas en contra de Isaac Barrios y su equipo cercano tomaron tintes peligrosos que no dejaron muchas alternativas. La ex senadora priista, y sus poderosos aliados en Chiapas, estaban dispuestos a hacer lo necesario para despejar su camino hacia su deseada candidatura.

Por eso la determinación de Dante Delgado para eliminar riesgos ante la ira descontrolada. La determinación de proteger a Barrios Ochoa mediante una secretaría en la dirigencia nacional habla del conflicto en Chiapas y la desarticulación estatal de Movimiento Ciudadano rumbo a la contienda de 2018. Es evidente que para Movimiento Ciudadano el proceso electoral del año entrante Chiapas no será prioridad. Las posibilidades de ganar los cargos más importantes en juego son realmente escasas.

La posible participación María Elena Orantes en la contienda no será más que una simple ficha de cambio, seguramente algún puesto más para la ahora diputada federal. Dante Delgado sabe perfectamente que el proyecto de Movimiento Ciudadano en Chiapas tendrá que ser a largo plazo, un tiempo en que, quizás, la deuda previa con Orantes López sea finamente saldada y extirpada del verdadero plan nacional para la entidad chiapaneca… así las cosas.