“Ratitos a pie, ratitos andando” (Gotitas de Sangre chiapaneca) (R. Vicente Yannini Mejenes/octubre 07-2017)

Inversiones tangibles al margen de declaraciones de papel, eso es lo que urge en Chiapas. Mamarrachadas como las ZEE solo endulzan el oído pero pudren el alma. Generan esperanza basada en mentiras o medias verdades. Y eso solo el tiempo lo podrá confirmar, esto, a menos que las negociaciones se apeguen a la justicia y a la razón.

Déjeme y le cuento: El día de ayer 06 de octubre del 2017 se puso la primera piedra de lo que será la planta extractora de aceite de Palma Africana denominada OleoPalMex, S.A. P.I. de C.V., ubicada en el municipio de Huehuetán, perteneciente al Sector Social. Son actualmente 8 sociedades de producción rural las que apuntalan este proyecto encabezado por su líder el Ing. José Luis Méndez Hernández, catedrático del campus Huehuetán, científico investigador de nutrimiento de suelos con reconocimiento internacional. Esta inversión supera los 160 millones de pesos y cuenta con un diseño con tecnología de punta, con mecanismos protectores del medio ambiente, seguros y que además, abre la puerta a la generación de productos a partir de los subproductos, de los desperdicios, de la “basura”, evitando con eso la contaminación que las demás plantas producen.

La producción actual en algunas zonas ha alcanzado las 40 toneladas por hectárea por año, siendo la tendencia propósito las 60 toneladas. El problema es que los productores sufren severo castigo económico porque su producción no es recibida por las plantas en la región, al menos no toda. Las pantas ubicadas en la costa chiapaneca, tanto privadas como del sector social, operan con menos del 50% de su capacidad de producción, lastimando duramente la economía del sector. Uno de los grandes problemas que enfrentan es que el coquito debe ser cortado y retirado de la plantación, haya o no haya capacidad de recepción en las plantas, por la generación de daños al árbol. La mayoría de los casos, es recurrente que se lleve la producción de 10 toneladas y hagan cola para entrega y solo les reciban 4 toneladas, las demás, a la basura, al callejón o la carretera. Esto pasa incluso durante tres días que duran las enormes filas en las afueras de las plantas extractoras, mientras el productor tiene que pagar flete y la espera, sumando así la carga y la espera, triplicando su costo. Este y otros motivos más son la razón que apuntala este proyecto que tendrá capacidad para procesar 15 toneladas por hora en su primera etapa, 30 en la segunda y 40 al final de su construcción. El tiempo de proceso de la construcción será de casi dos años en una inversión tripartita entre particulares, sociedades de producción rural y una financiera. Las plantas actualmente se encuentran prácticamente desarticuladas, en franca inoperancia, acrecentando la necesidad de atención a la producción en la costa de aproximadamente 50 mil hectáreas y sumando. Esto no podría entenderse y menos lograrse sin el real liderazgo del Ing. José Luis Méndez Hernández, costeño, buen maestro, excelente ser humano y Presidente del Consejo Regional de Productores de Palma Africana y Presidente Nacional de Productores de Palma quien cuenta con toda la confianza de los productores mexicanos. Felicito al líder desde esta humilde trinchera y felicito también a la población productiva palmícola.

El antecedente obliga a cuestionar al gobierno de Manuel Velasco Coello y su gabinete agropecuario, ¿A dónde quedó el acompañamiento del gobierno para resolver la problemática de los sectores? El Café cuyo desplome productivo por las amenazas y presencia de la Roya Anaranjada, la Soya que se posicionó del 2° lugar de producción al 4°, y el procesamiento de Palma Africana que desde hace ha tenido que resolver sus propios problemas, son entre otros productos, el ejemplo claro de la mediocridad oficial y el incumplimiento de las obligaciones gubernamentales. El Güero resulto un pobre chamaquito imberbe, insulso, incapaz y más perdido que un ostión en medio del mar. Soplan vientos de éxito de productores sin gobierno, a fuerza de tesón y necesidad de atención