Es necesario recordárselos: los principales promotores de la alianza de los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática para contender por la presidencia de la República, serían los peores candidatos para encabezar dicha coalición.
A diferencia de las elecciones estatales en donde dicha alianza ha resultado exitosa, la realidad es otra en la elección por la primera magistratura federal: Los perredistas difícilmente votarían por un panista y los panistas no sufragarían por un perredista. Su mejor opción sería un aspirante externo.
Ni Rafael Moreno Valle, ni Margarita Zavala, ni Ricardo Anaya, que reclaman la paternidad de la propuesta, recibirían el voto del electorado que se identifica con la izquierda. En el PRD tampoco existe un militante o dirigente que pueda recibir el beneficio de los votos de la derecha. El principal favorecido de una alianza PAN-PRD, con un candidato militante de cualquiera de estos partidos, sería a Andrés Manuel López Obrador, único candidato presidencial de Morena y del Partido del Trabajo.
Pero, además, quienes desde ahora festejan la probable alianza PAN-PRD en los estados —es el caso de Chiapas—, deben de tener presente que al coincidir la elección para gobernador y la presidencial, el efecto será a favor de quién encabece las preferencias por la titularidad del gobierno federal.
La única posibilidad real de éxito de la coalición electoral de PAN y PRD es que consiga un buen candidato externo, lo que no se antoja fácil.
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Los dirigentes de un partido siempre deben de guardar imparcialidad en lo relacionado con los procesos internos de sus organismos políticos. No deben ser juez y parte. En el PAN han dado al traste con esto. Su líder nacional quiere dirigir su propia postulación presidencial lo que resulta un absurdo que le reclaman los otros competidores.
El caso de Chiapas es patético: La dirigencia panista, profundamente vinculada con los intereses de gobierno estatal, está cínicamente volcada a favor del ex priista, Rafael Moreno Valle. Es una orden que tiene que obedecer. Pero, luego de tan pública actitud, ¿Cómo van a recibir a los otros aspirantes panistas?, ¿Con qué cara podrán recibir a Margarita Zavala o a Ricardo Anaya si visitan Chiapas en calidad de aspirantes internos de la candidatura presidencial?...
