Los pasadizos de la historia (Epistolario) Por Armando Rojas Arévalo ANAIS: El pasado día 6 falleció en la Ciudad de México, don JESÚS SILVA HERZOG FLORES. Tenía 81 años de edad. Pudo –y tuvo todo para ello- ser Presidente de la República y quizá con él las cosas en este país habrían cambiado a mejores derroteros.

En la cúspide de su carrera política fue secretario de Hacienda durante una de las crisis económicas más graves en la historia de México, al final del gobierno de JOSÉ LÓPEZ PORTILLO y durante la primera mitad del de MIGUEL DE LA MADRID; fue embajador de México en España y Secretario de Turismo durante el gobierno de SALINAS DE GORTARI, así como embajador ante los Estados Unidos en el de ERNESTO ZEDILLO.

Empezaba el mes de junio de 1986. Faltando más de un año para decidir quién sería el sucesor, el entonces Presidente MIGUEL DE LA MADRID mandó llamar a Los Pinos al doctor LAURO ORTEGA, quien siendo gobernador de Morelos lo asesoraba en algunas cuestiones. “Don Lauro –le dijo- quiero que pulse a sus amigos del grupo Monterrey sobre quién gustaría a los empresarios para Candidato”. No le dijo nombres, pero era obvio que los dos miembros del Gabinete que más atraían las miradas futuristas eran SALINAS DE GORTARI y JESÚS SILVA HERZOG. Uno era secretario de Programación, y el otro secretario de Hacienda.

Como secretario particular de Don LAURO, me encargué de la logística del viaje relámpago de Cuernavaca a Monterrey. Una dependencia facilitó el avión para cuatro personas: el propio Doctor ORTEGA, el que escribe y dos ayudantes más; las reservaciones fueron hechas para una sola noche en el Hotel Ancira. En la agenda fueron anotados comida con EUGENIO GARZA LAGÛERA en sus oficinas, y cena con ROGELIO ZAMBRANO en su imponente casa de Chipinque.

Ellos y los “grandes” del otrora poderoso Grupo Monterrey eran amigos de Don LAURO, así que no hubo problemas para formalizar las citas. Lo recibieron cordiales, pero con expectación sobre los motivos de la sorpresiva visita. Don Lauro para acá, Don Lauro para allá, a qué se debe el honor, etcétera.

-Señores –palabras más, palabras menos, fue el exordio. Y sin mayores preámbulos les dijo: El Señor Presidente me ordenó saludarlos y preguntarles quién es para ustedes el secretario más conveniente para ser candidato de nuestro partido a la Presidencia de la República. Es muy pronto, pero este tipo de decisiones llevan su tiempo.

La respuesta de los empresarios en cada uno de los eventos fue un contundente ¡JESÚS SILVA HERZOG! Para ellos era el más indicado para ser Presidente, por los problemas que afrontaba México. Sabía de economía y había sorteado con éxito la gran crisis económica en el gobierno de JOSÉ LÓPEZ PORTILLO. Además, culto, preparado y leal a México.

Al otro día muy temprano abordamos el avión de regreso. Del aeropuerto acompañamos al gobernador a Los Pinos, donde fue recibido de inmediato por DE LA MADRID, quien ya lo esperaba. La entrevista duró veinte minutos, y de ahí en el Grand Marquis negro a Cuernavaca. Don LAURO, pensativo, sólo comentó: “Las cartas ya están echadas”.

Pasaron los días y de aquella plática entre DE LA MADRID y LAURO ORTEGA no se volvió a hablar. SILVA HERZOG renunció a mediados de junio de 1986 a la secretaría de Hacienda presionado por las tendencias de continuar con la política devaluatoria. Con LÓPEZ PORTILLO, SILVA HERZOG se había negado a devaluar, bajo la premisa de que “presidente que devalúa; se devalúa”, y con DE LA MADRID tuvo que dirimir pugnas con SALINAS DE GORTARI, quien era secretario de Programación y Presupuesto, y su equipo de tecnócratas en el que figuraban PEDRO ASPE ARMELLA, JAIME SERRA y GUILLERMO ORTÍZ, porque alentaba la devaluación.  

SILVA HERZOG se fue a su casa, y SALINAS fue “destapado” el 4 de octubre de 1987. Obvio. Era el consentido. Dicen biógrafos que “en un dejo que más bien fue un mea a culpa”, ya siendo Presidente SALINAS DE GORTARI lo nombró (muchos interpretaron como “destierro”) embajador de México en España y después secretario de Turismo en el último año de su administración. ZEDILLO -1994-2000- lo designó embajador de México en Estados Unidos, donde estuvo hasta 1997.

Vericuetos de la historia.

DE OTRAS COSAS MÁS ACTUALES. Aquello que dijo el gobierno mexicano cuando TRUMP en su campaña amenazó con deportar también a “dreamers” mexicanos y luego empezó a cumplir esa palabra en los primeros días de su gobierno, de que los jóvenes compatriotas contarían con todo el apoyo para seguir estudiando aquí y promover emprendedurías para ellos, es puro jarabe de pico. Las universidades no cuentan con recursos especiales para atenderlos y en ninguna secretaría de estado hay proyectos concretos para aprovechar el talento y la preparación de esos muchachos.

La verdad, no estamos preparados para los deportados. Ni para los “dreamers” ni para los demás repatriados. No hay empleos ni para los que viven aquí, menos para los que nos está mandando TRUMP.

MIENTRAS TANTO, EN VERACRUZ las secuelas de la violencia son espeluznantes. Por ejemplo, en la fosa colectiva de Colinas de Santa Fe 240 restos encontrados son de jóvenes, hombres y mujeres en edad de preparatoria y universidad. Los colectivos de búsqueda narran que no han caminado ni la mitad del terreno y no dejan de brotar cadáveres. Las personas siguen desapareciendo en Veracruz, en el contexto de guerra declarada por el crimen organizado. Hasta ahora son 117 fosas clandestinas las que se han descubierto.