Tal vez ha minimizado el término “colesterol elevado”, sin embargo, ¿sabía que es una enfermedad llamada hipercolesterolemia, la cual afecta al 40% de la población adulta en México y aumenta las probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares?
Nuestro cuerpo está conformado por dos tipos de colesterol; el de alta densidad o bueno (HDL por sus siglas en inglés) y el malo (LDL por sus siglas en inglés). El primero, es el protector natural de nuestro organismo, pues previene que el enemigo silencioso LDL se eleve y acumule en la pared de nuestras arterias; de esta manera evita la formación de coágulos y reduce el riesgo cardiovascular. Cabe mencionar que, el colesterol malo se genera por el consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares.
Cuando el villano gana y los niveles de LDL aumentan por arriba de los 116 mg/dl (aunado al riesgo cardiovascular de cada paciente), es cuando los profesionales en el cuidado de la salud damos el diagnóstico de hipercolesterolemia. Dicha enfermedad es asintomática y la única manera de conocer si usted la padece es mediante un análisis sanguíneo completo en ayunas y a través de la revisión de su historial clínico para saber si cuenta con antecedentes familiares y/o enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes, hipertensión y obesidad; pues tales factores incrementan el riesgo cardiovascular.
La clave para mejorar la calidad de vida
Un diagnóstico de hipercolesterolemia no debería ser el fin del mundo si se atiende de inmediato y de la mejor manera, dependiendo de la medición de su riesgo.
De acuerdo con la literatura científica de la “Guía sobre el tratamiento del colesterol sanguíneo” del American College of Cardiology y la American Heart Association, el uso de estatinas reduce las concentraciones de LDL entre un 30% y 50%.
Si bien las estatinas son fármacos importantes en personas con hipercolesterolemia, científicos mexicanos preocupados por reducir hasta un 65% sus niveles de LDL, invirtieron años de innovación para crear combinaciones fijas de estatinas como la Rosuvastatina junto con la sal Ezetimiba; logrando de esta manera que ambos principios activos convivan en una sola tableta, para que más del 90% de los pacientes lleguen a sus metas y mejoren la adherencia al tratamiento.
Adicional al tratamiento prescrito por su médico, el cual debe ser continuo, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones higienicodietéticas para mantener los niveles de colesterol deseable por debajo de los 116 mg/dl:
La medición es necesaria, por lo tanto sugiero que acuda a sus citas médicas y a realizarse análisis sanguíneos.
Integre la actividad física a su estilo de vida, por lo menos 30 minutos diarios de ejercicio.
El mantener una alimentación balanceada es primordial, se debe aumentar el consumo de verduras: zanahorias, brócoli, espinacas etc; así como las grasas saludables: pescado, nueces, aguacate, etc.
Se debe disminuir la ingesta de grasas saturadas que se encuentran en la carne, la mantequilla, productos lácteos, entre otros.
Evitar el consumo de sal, así como el tabaco y alcohol, será de utilidad para su bienestar.
Para hacer de la vida de nuestros pacientes una historia saludable, como médicos tenemos la responsabilidad de mantenernos actualizados y para ello, existen plataformas tecnológicas gratuitas como la que impulsa Laboratorios Silanes, conocida como MedPoint (www.medpoint.com.mx), la cual nos ayuda a proveer de información valiosa y confiable a nuestros pacientes, como: guías de alimentación, cuidados, ejercicio, así como salud emocional en distintos formatos (videos, artículos e infografías), de esta manera contribuimos a hacer salud bien hecha en México.