AMLO en Chiapas, todos los futuros posibles Raúl Ríos Trujillo

Con la visita del presidente electo Andrés Manuel López Obrador a Chiapas el pasado domingo, algunos de los puntos discursivos que había lanzado ya en anteriores giras se aclararon, ya en la entrega anterior habíamos analizado una parte del discurso en el que el tabasqueño ha hecho mucho énfasis: La entrega de apoyos y el combate a la pobreza. Hoy nos toca analizar otra de las líneas constantes, la educación superior y el apoyo a la juventud.

No es para ignorar que, en los últimos meses, incluso en los últimos años, la línea que más se repite en la estructura del discurso del peje sea la que se centra en los sectores más desprotegidos y que mejores dividendos puede darle, los pobres y la juventud, para nadie es un secreto que la mayoría de los votos que lo convirtieron en un claro vencedor de las pasadas contiendas llegaron de estos sectores.

Ahora mismo, en la antesala de la presidencia de la república, estas promesas de campaña tendrían que materializarse, es como casi su obligación hacerlas posibles, la pregunta entonces es ¿Cómo lo hará? y la respuesta no parece ser sencilla de responder.

En un anterior artículo ya analizamos aquella vieja promesa de garantizar que los recursos destinados a los pobres lleguen a sus manos y apuntamos que a pesar de hacer números y cálculos será muy difícil cumplir a cabalidad esta promesa, el costo de ejercer un poder coercitivo que garantice su cumplimiento puede ser muy alto y podría derivar en conflictos comunitarios y organizacionales.

Tal parece que la misma fórmula se repetirá en el análisis de la promesa de apoyo a la juventud y a la educación, sólo basta decir que durante su última visita Andrés Manuel ofreció pagar a los jóvenes estudiantes la cantidad de 2,400 pesos mensuales a cambio de que trabajen y practiquen, en empresas, instituciones y organizaciones de impacto social.

También señaló que las famosas becas a estudiantes de nivel medio superior y superior será un hecho que impactará positivamente en los jóvenes; que durante su gobierno no tendrán que sufrir de faltas de oportunidades, y por si fuera poco aseguró, con detalle de número y lugar, la instauración de seis universidades nuevas en seis municipios de Chiapas, en los que "ya se tienen los terrenos" Carranza, Palenque, Ocosingo, Chenalhó, Chilón y Mapastepec. 

Para no caer en el lugar común de preguntar cómo le piensa hacer el peje para sacar los recursos que está comprometiendo a estos sectores haremos otras reflexiones. ¿Por qué no mejor en vez de crear nuevas universidades se salva a las que ya existen? ¿Por qué no mejor se apuntala su desarrollo y se impacta verdaderamente a los jóvenes desde proyectos consolidados?

Nada más en Chiapas para la conclusión de este sexenio puede visualizarse un panorama no favorable en las universidades públicas, con la segunda universidad más importante (UNICACH) en huelga, la UNICH en un conflicto intestino que amenaza con desaparecerla y la UNACH; que es la más grande y de más tradición, en un proceso de cambio de autoridad que lo vulnera y lo expone a la gravedad de una crisis que si bien no es crítica puede convertirse en importante sin un manejo político adecuado, con este panorama podemos adivinar lo que viene.

Vale mucho la pena que al presidente electo se le ponga en la mesa el verdadero horizonte de las universidades en Chiapas, urge para nuestras instituciones de educación superior un filtro y una limpieza a fondo, es necesario que verdaderamente se desarraiguen de sus raíces las mafias y los oportunistas que ven en ellas una plataforma política y no un crisol de futuros posibles.

Ya en otras ocasione, ante la insistente pregunta por la urgencia de salvar a las universidades con graves crisis financieras (entre las que se encuentran dos de Chiapas) el presidente electo ha declarado que sí las salvará pero que también las someterá al escrutinio y a las auditorías necesarias, y esta medida parece ser buena hasta que nos llega la noticia de que también planea abrir nuevas universidades.

¿Alcanzará el recurso para todo? Lo más seguro es que la apertura de nuevas instituciones de nivel superior ponga en desequilibrio el rescate de las otras ya consolidadas, tal parece que la apuesta fuera que las universidades nuevas absorban las presiones que están llevando a las otras a niveles de crisis, si esto es así retornaremos a la pregunta de siempre. ¿De dónde piensa sacar tanto recurso?

No cabe duda que la intención es buena, recuperar la confianza y apuntalar el futuro a través de la educación y la capacitación de los jóvenes, ninguna inversión está condenada al fracaso cuando le apuesta a la juventud, el problema; el verdadero problema es que, a escasas semanas del cambio de poder, todavía no tenemos ni idea de cómo se instrumentará y si verdaderamente funcionará esto que nos han hecho llamar cuarta transformación. Salud y libertad.