La literatura de Laco es felicidad: Zoé Robledo

*El Senador de Chiapas, Zoé Robledo, participó como ponente en el homenaje que la Rial Academia de la Lengua Fraylescana ofreció este año en Villaflores al escritor Eraclio Zepeda Ramos.

Durante la reunión anual por el XXI Aniversario de la Rial Academia, el legislador chiapaneco dijo, con el estilo desenfadado que caracteriza estas reuniones, que seguramente algunos al toparse con sus cuentos se preguntan “¿Quién es el tal Laco Zepeda?”.

“Algunos pensarán que es un guía de turistas o un notario público, de esos que dicen ‘pasó ante mí y doy fe’. Parece que no es un cuentista, parece más un oidor o un relator colonial.”

Zoé destacó que a diferencia de otros escritores Laco no se desdobla en otros personajes, simplemente son dos: Está Eraclio Zepeda, el que escribe y publica; y está Laco, el cuentero, el que dialoga, el que platica, el narrador oral. 

Convencido de que no hay mejor amigo que un cómplice, Robledo recurrió a la crónica para revelar aspectos de la relación que por años ha sostenido con el escritor que en 2014 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, y la Medalla Belisario Domínguez.

“Hace cuatro años, cuando yo me iba a casar, uno de los requisitos que la Iglesia me pidió para dar su anuencia era que mostrara el acta de confirmación respectiva. El documento no existía por la sencilla razón de que mi cristiandad no había sido confirmada. Entonces me enteré que el obispo auxiliar de Tuxtla, José Luis, por cierto de Villaflores, confirmaría a varios chamaquitos al día siguiente en Terán. Yo le pedía a mis vecinos más queridos, Eraclio y su esposa Elva, fueran mis padrinos.”

La escena, sostuvo Zoé, podría ser parte de un cuento de Laco: un diputado remiso, siendo confirmado por un obispo de Villaflores y con un padrino comunista, que al momento de la bofetada reglamentaria sostiene el hombro de su ahijado y le susurra: “sostente, camarada”.

“La realidad de Chiapas es “laquiana”. Sus historia lidian con la realidad y sus personajes parecen tener nombres y apellidos. 15 años antes de Cien años de Soledad, de Gabriel García Márquez, Laco comenzó a trabajar de manera muy seria sobre lo mágico de lo real. Por eso, y parafraseando a Borges, diré que la literatura es una de las formas de la felicidad y quizá ningún escritor me haya deparado tantas horas felices como Laco Zepeda.”