marcha de enfermeras * De las nueve enfermeras que nueve días en huelga de hambre en Tuxtla Gutiérrez, dos no le han contado de su situación a sus hijos, que viven lejos. Otra de ellas es ejemplo para sus hijos que están preparados para enfrentar la decisión de su madre. Estas son sus historias.

Rogonchanoticias.com

Primera entrega: “Ayuno total”

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 09 de mayo de 2017 (muralchiapas.com).- “Mujeres valientes en huelga de hambre llevan 190 horas”. Las ganas de comer se fueron hace mucho, Con el paso de los días disminuyen las sonrisas y aumenta el tono pálido en sus rostros. Además también el número de enfermeras que se suman a la protesta, ahora son nueve, Karla Gloria Sevilla Culebro se integró en vísperas del Día de las Madres. La Secretaría de Salud sigue aplazando y las enfermeras no comen.

Desde las cinco de la mañana de este martes, Gabriel Mayanin López Cruz suspendió la ingesta de líquidos y alimentos por 24 horas. De no ser resueltas sus demandas, se sumará otra de las enfermeras durante 12 horas. La vida de las enfermeras se mide por horas, la dependencia aplaza por días.

Elizabeth Hernández Pereyra, Emma Escobar López, María Cielo Gramajo Cundapí, Nely Ivón Castillo Escobar, Gabriela Mayanin López Cruz, Rosy Eroyda Pérez Lázaro, Claudia Elizeth Martínez Camacho, Verónica Zenteno Pérez y Karla Gloria Sevilla Culebro, enfermeras, esposas y madres.

“Mi mamá es valiente porque se unió a esta lucha y porque está luchando por algo que nos va a beneficiar a todos. Para mí significa un valor, porque se necesita bastante valor para venir acá, es dos semanas sin comer, sin probar nada, solamente agua…”, el hijo menor de Gabriela habló sobre su madre

Un nuevo dígito de papel aparece conforme pasa el tiempo sobre la cartulina, el cartel está pegado en uno de los tubos que sostienen la carpa donde duermen afuera del hospital. Lo único que se mantiene en plumón sobre el naranja es el texto, “Mujeres valientes en huelga de hambre llevan…”, ese no se borra. Cuando Gabriela acompañó a su hijo durante la entrevista, la cartulina marcaba 125.

Sesenta y cinco horas antes, en el 125, Mayanin escuchó lo que su hijo piensa de ella. La hija mayor no lo sabe, vive fuera del estado y no se ha enterado, de hecho la enfermera de Tuxtla Chico no es la única que decidió ocultar esta noticia a sus hijos. “Dejaría de comer por sus hijos”, ES una frase repetida entre sus esposos.

“Cuando me lo contó me puse triste y feliz a la vez, feliz porque estaba apoyando algo”, cuenta el joven que acompaña a su mamá. Él recibe el apoyo de sus tías, pero viven en Tijuana y Veracruz por lo que a través del joven siguen el caso. La hija mayor de Gabriela está en Cancún y aún no se entera.

Esa noche del sábado Gabriela ya sentía el desgaste su estómago e intestinos. “Un retortijón”, definió, sumado a los calambres y adormecimiento corporal. Sin embargo, 48 horas después aumentó la hidratación para controlar la diarrea, a partir de las cinco de la mañana de este martes dejó de probar alimento y líquidos hasta que la cartulina marque 206. Para ellas cada minuto cuenta.

Para el mediodía de este martes se convocó a rueda de prensa, Mayanin descansa. Es la de tez más morena que el resto de sus compañeras, cabello negro y unos lentes en un pequeño rostro. Lleva ocho horas sin probar alimento ni bebida y el calor hace que la deshidratación aumente.

María de Jesús Espinoza de los Santos es una de las enfermeras que estuvo en la primera etapa de huelga de hambre que inició el 3 de abril, ella por el momento se encarga de atender a medios. Al igual que cada familiar y compañera, sabe que la muerte y desgaste del cuerpo es el riesgo al que se enfrentan.

Pero sin el abastecimiento que el titular de la Secretaría de Salud debe realizar ni el pago a sus cuentas personales de crédito de vivienda, continuarán.

“Cuando exista abastecimiento en todos los hospitales, centros de salud y casa de salud… Es que existe el dinero. Los que administran el dinero son ellos y ellos saben cuánto medicamento debe existir en cada unidad”, explica Espinoza de los Santos.

La también enfermera sigue de cerca la condición de salud de sus compañeras además que en la primera etapa se declaró en huelga de hambre, por lo que entiende los síntomas que viven las demás huelguistas.

El cerebro dice: ‘que se dañe el hígado, pero yo no me muero’”. Es la lucha dentro de los cuerpos. Ella al cuarto día incluso ya no podía articular ciertas palabras, la especialista en la salud explica que en esas condiciones es “engañado” el cuerpo y realiza actividades como ir al baño o tender su cama aún sin ayuda. El hambre se fue hace mucho, en las primeras 36 horas.

Cabe señalar que hasta las doce del día, el Fondo para la Vivienda para el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para Trabajadores del Estado (Fovissste) y los hospitales aún reportan carencias en medicamentos e insumos. Los diálogos son para escuchar “plazos de los plazos”, nada concreto.

María de Jesús da seguimiento a la salud de cada una de sus compañeras, María Cielo presenta dolores abdominales y la neuritis, la enfermedad causada por el cúmulo de toxinas en el cuerpo, deja a la mujer de Suchiapa morados que aparecen en sus piernas. Hace dos días tenía una sonrisa para su nieta, a 190 horas,

Da seguimiento a la salud de cada una de sus compañeras. Como Cielito, la enfermera que en Suchiapa no cobra, María Cielo Gramajo Cundapí, la abuela que hace sonreír a su nieta que la visita y que ahora sufre de calambres abdominales y la neuritis avanza por sus piernas.

Para Límbano, su esposo, María Cielo inyecta de ánimo al grupo, sólo que ahora luce cansada. A él fue quien en una llamada el subsecretario de la Secretaría General de Gobierno, le definió como “el demonio a vencer”. Para él Cielito como le conocen en su municipio, es su espíritu.