Crisis financiera en Chiapas, más allá de la CNTE (En la Mira) Héctor Estrada La sensación de crisis económica que enfrentan actualmente los diferentes sectores de la entidad chiapaneca tiene sustento real y va más allá de la grave crisis sociopolítica generada por el conflicto magisterial latente u otro similar reciente. Apunta a tener un origen más ligado al fracaso de la política económica y la administración pública.

Los datos recientes publicados por el Índice de Desempeño Financiero de las Entidades Federativas (IDFEF) colocan a Chiapas como la segunda entidad con las peores calificaciones a nivel nacional en diversos rubros económicos que también tienen que ver con la administración de la deuda pública.

De acuerdo al desempeño presentado por Chiapas durante los años 2014 y 2015, la entidad apenas alcanzó una calificación de 49.1, sólo superada por el estado de Coahuila que alcanzó las peores notas con 43.3 de calificación promedio.

El Índice de Desempeño Financiero de  las Entidades Federativas ordena a los estados del país de acuerdo  a su labor en la generación de ingresos propios, la administración de su endeudamiento, el control de su gasto administrativo, la generación de ahorro interno y los esfuerzos por canalizar recursos hacia la inversión productiva.

A diferencia de Chiapas que se ubicó en el fondo de la tabla, Querétaro es la entidad mejor calificada con 81.4 puntos, el segundo lugar es para Campeche con 74.8, el tercer puesto es para Hidalgo con 72.8, Aguascalientes y el Estado de México están empatados con 71.5, mientras que Colima tiene un puntaje de 71.

Y es que, no es la primera vez que la entidad chiapaneca se coloca en entre las peores calificadas. A partir de 2012 comenzó a mostrar una tendencia a la baja dentro de este estudio estadístico nacional, sin alcanzar hasta el momento promedios de calificación aprobatorios.

Lo preocupante del caso es que el IDFEF es actualmente uno de los instrumentos estadísticos más utilizados por los grandes inversionistas a la hora de tomar decisiones en México. Es, como otras herramientas de medición, donde Chiapas tampoco sale bien parado, una importante herramienta de medición para atraer nuevas empresas y con ello generar empleos.

Los datos reveladores dejan de manifiesto que, pese a los argumentos de los antagónicos a los recientes movimientos sociales, la crisis económica que ya han denunciado públicamente los distintos organismos empresariales no puede achacársele por completo a las movilizaciones del magisterio. Tiene un origen mucho más añejo y más justificado en la mala administración pública.

Chiapas no solamente fue reprobado por cuarta ocasión consecutiva, sino también se ubicó como la segunda entidad con las peores calificaciones. La situación tiene sustento sólido para elevar las alertas no sólo dentro de la actual administración estatal, sino entre el resto del sector económico de Chiapas que deberá empujar de inmediato un cambio de dirección dentro de las políticas públicas.

Un cambio de dirección que también tendrá que ver con nuevos y renovados aires dentro de las dependencias encargas de la gobernabilidad interna. Porque la entidad no puede mantener la misma dirección que hasta ahora mantiene ahorcados a gran parte de los engranajes que mueven el destino de Chiapas.